La Unión Cívica Radical (UCR) definió este viernes a su nuevo presidente: Leonel Chiarella, intendente de Venado Tuerto, se convertirá en el sucesor de Martín Lousteau y asumirá la conducción del partido en un contexto de fuerte reordenamiento interno. Con apenas 36 años, el dirigente santafesino se transformó en el presidente más joven de la historia del radicalismo y emergió como una apuesta clara por la renovación generacional.
Tras la salida anunciada de Lousteau, el nombre que inicialmente aparecía como candidato natural era el del gobernador saliente de Corrientes, Gustavo Valdés. Sin embargo, su negativa a asumir el cargo abrió el camino para la postulación de Chiarella, impulsada con fuerza por el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, uno de los principales articuladores del espacio Provincias Unidas dentro del radicalismo.
La conformación de Provincias Unidas, surgida en la última elección legislativa nacional, logró reunir a los mandatarios radicales de Santa Fe y Jujuy, Carlos Sadir, junto a referentes como Gerardo Morales, sectores alineados a Valdés y la corriente Evolución que lidera Lousteau. Este armado comenzó a marcar distancia con el ala del partido más cercana al Gobierno nacional.
Esa fractura quedó expuesta con la ausencia en el plenario de los representantes que responden a los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y de Chaco, Leandro Zdero. Ambos dirigentes compitieron en las últimas elecciones bajo acuerdos con La Libertad Avanza, dejando de lado la estructura partidaria de la UCR, una decisión que generó fuerte malestar en amplios sectores del radicalismo.
Cornejo explicó que su espacio no participó del plenario por no estar de acuerdo con “llevar al partido a Provincias Unidas”. Esa postura tuvo impacto directo en el reparto de cargos: Chaco quedó con una representación mínima en la conducción, limitada a la secretaría de Asuntos Estratégicos, ocupada por Marcos Resico, funcionario cercano a Zdero.
La nueva conducción también consolidó un perfil joven en la estructura partidaria. La Secretaría General quedó en manos de Piera Fernández, de 28 años, ex presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y una de las referentes de las recientes movilizaciones universitarias contra el gobierno de Javier Milei.
En paralelo, Provincias Unidas formalizó la creación de un bloque propio en la Cámara de Diputados, que será presidido por la ex vicegobernadora santafesina Gisela Scaglia. El armado incluye legisladores que responden a los gobernadores de Santa Fe, Chubut, Córdoba y Jujuy, además de exintegrantes de Encuentro Federal, Democracia para Siempre, el PRO y la exlibertaria Lourdes Arrieta. Quedaron fuera, por ahora, los representantes de Santa Cruz y Corrientes, pese a formar parte del espacio.
Leonel Chiarella, intendente de Venado Tuerto desde 2019, hasta hace muy poco no lo conocía nadie fuera de su ciudad, pero que ahora saltó a la primera línea al convertirse, con 36 años, en presidente de la UCR. Surgió políticamente del radicalismo provincial, creció bajo el ala de Maximiliano Pullaro y construyó su perfil como gestor local, con buen vínculo con el empresariado y discurso de orden y administración prolija.
No tiene trayectoria nacional, ni peso legislativo propio, ni volumen electoral fuera de Santa Fe: su llegada a la conducción del partido responde más a una jugada de los gobernadores radicales de Provincias Unidas para disputar poder interno y marcar distancia tanto del mileísmo como del ala dura del partido, que a un liderazgo personal consolidado. Chiarella no es un peso pesado: es una apuesta joven, funcional y todavía en veremos dentro del radicalismo.
GZ