El kirchnerismo presentará en el Senado una reforma laboral propia para disputar el sentido del debate que impulsa el Gobierno de Javier Milei durante las sesiones extraordinarias. La estrategia busca fijar una posición política clara y ofrecer un texto alternativo al proyecto oficial, al que el espacio considera orientado a profundizar la precarización del empleo.
La iniciativa fue definida por el sector que responde a Cristina Fernández de Kirchner, con el objetivo de llegar al recinto con un dictamen de comisión propio. El texto reúne aportes de distintos sectores del Partido Justicialista y del sindicalismo, y apunta a convertirse en una base de negociación con otros bloques no libertarios en la Cámara alta.
La redacción estuvo a cargo del senador Mariano Recalde y la diputada nacional Vanesa Siley, secretaria general del Sindicato de Trabajadores Judiciales. Según fuentes parlamentarias, la expresidenta siguió de cerca el armado del proyecto y avaló sus principales lineamientos, que incluyen un fuerte cuestionamiento al modelo económico del Ejecutivo.
En el diagnóstico que acompaña la propuesta, el kirchnerismo sostiene que la creación de empleo registrado depende del rumbo económico y no de la flexibilización de derechos laborales. El dictamen cita datos del CEPA, elaborados a partir de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, que indican que entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 se perdieron más de 276 mil puestos de trabajo formales y casi 20 mil empleadores.
Entre los puntos centrales, el proyecto plantea un salario mínimo por encima de la Canasta Básica, paritarias sin topes, la reducción de la jornada laboral a 42 horas semanales, el derecho a la desconexión digital y una ampliación de las licencias parentales a 90 días para madres y padres. También propone regular el trabajo en plataformas digitales y crear un organismo nacional de salud y seguridad laboral, marcando una diferencia de fondo con la iniciativa que impulsa la Casa Rosada.