El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, afirmó que el proceso de desregulación que impulsa el Gobierno nacional no se limita a la eliminación de normas, sino que apunta a un cambio cultural profundo y a una transformación estructural del vínculo entre el Estado y la sociedad. En ese sentido, definió la reforma como “una reconstrucción moral”.
Según planteó el funcionario, durante décadas la Argentina quedó atrapada en un entramado normativo excesivo que no promovía el desarrollo, sino que “parecía diseñado no para ayudar, sino para vigilar, frenar y domesticar la energía creativa del país”. En esa línea, sostuvo que el país enfrentó dos batallas simultáneas: una normativa y otra cultural, y remarcó que “la verdadera batalla no es normativa, es cultural”.
Sturzenegger señaló que ningún cambio estructural puede sostenerse en el tiempo sin una modificación profunda en la forma de pensar de la sociedad y explicó que desregular no implicó quitar controles de manera arbitraria, sino liberar al país de un sistema que había naturalizado prácticas absurdas, como “pedir permiso para pedir permiso”.
Federico Sturzenegger vende una reforma “a favor del trabajador” mientras elimina derechos, baja indemnizaciones y flexibiliza todo. Habla de “casta” después de pasar por tres gobiernos, venir de familia acomodada y hacer carrera en el MIT. Y encima llama “carancheadas” a… pic.twitter.com/vs6vSJDj94
— Marcelo Puella (@puellaok) December 11, 2025
El ministro también cuestionó el funcionamiento de lo que definió como un universo discrecional administrado por sectores de la dirigencia política, empresarial y sindical, donde el estancamiento se transformó en un negocio para pocos y en una tragedia silenciosa para amplios sectores de la sociedad.
En ese marco, advirtió que la libertad genera incomodidad y vértigo en una sociedad acostumbrada a apoyarse en un andamiaje artificial, pero sostuvo que esa incomodidad es necesaria para el desarrollo. “Liberar al país implica romper con esa lógica”, afirmó.
Sturzenegger insistió en que la transformación del Estado no debe interpretarse como un recorte, sino como una redefinición ética del funcionamiento público. “Desregular no es abrir la puerta al caos; es cerrar la puerta a la arbitrariedad”, subrayó, y sostuvo que cuando se libera la energía social, surgen proyectos, creatividad e inversiones en sectores que antes estaban paralizados por la burocracia.
Finalmente, destacó el rol del presidente Javier Milei en la orientación general del proceso y concluyó que la Argentina inició un camino distinto, al asegurar que el país “dejó de caminar en círculos” y comenzó una etapa de transformación profunda.
Federico Sturzenegger es un economista argentino con una larga trayectoria en la gestión pública y en el sistema financiero, que ocupó cargos clave en gobiernos no peronistas. Durante la presidencia de Fernando de la Rúa fue secretario de Política Económica y quedó vinculado a la etapa final de la convertibilidad, incluido el debate por el “megacanje” de la deuda, causa judicial en la que fue investigado y finalmente sobreseído por la Justicia al no encontrarse responsabilidad penal y por el paso del tiempo.
Años después, bajo el gobierno de Mauricio Macri, fue presidente del Banco Ciudad y luego del Banco Central, donde encabezó la política monetaria entre 2015 y 2018, con fuerte protagonismo en la lucha contra la inflación y el esquema de metas inflacionarias. En las distintas causas judiciales que lo involucraron -tanto por su rol en los años 2000 como por decisiones posteriores- los tribunales concluyeron en su sobreseimiento, lo que le permitió continuar su carrera política y técnica sin condenas penales.
GZ