Noruega dio un paso más en su apuesta por el turismo de experiencias al lanzar el primer tren nocturno panorámico del mundo dedicado exclusivamente a observar auroras boreales. La iniciativa, desarrollada por la empresa estatal Vy, marca un hito en movilidad sostenible y posiciona al país como líder en la carrera por atraer visitantes durante la temporada invernal.
El proyecto nació con un objetivo claro: permitir que viajeros de todo el mundo contemplen el fenómeno más icónico del Ártico sin necesidad de depender de vuelos internos, caravanas o expediciones en vehículos todo terreno. En este caso, el tren funciona con energía proveniente de la red noruega, mayormente abastecida por fuentes renovables. La estrategia acompaña una política nacional que busca reducir el impacto ambiental del turismo en las regiones del norte.
Los vagones fueron rediseñados para ofrecer una visibilidad total del cielo. Paredes y techos de vidrio templado permiten seguir la danza luminosa sin obstáculos, mientras que la iluminación interior fue minimizada para evitar cualquier interferencia. Los asientos reclinables están orientados hacia arriba y dispuestos como en un observatorio astronómico, lo que transforma el viaje en una experiencia inmersiva incluso en tramos de baja actividad geomagnética.
El recorrido se realiza durante los meses de mayor oscuridad del año, entre septiembre y abril, cuando las probabilidades de observar auroras alcanzan su punto más alto. Las rutas sugeridas se extienden por las regiones con mejores condiciones de visibilidad, como Trondheim, Bodø, Narvik y los paisajes abiertos del Finnmark, considerados uno de los mejores puntos del planeta para observar este fenómeno natural.

Uno de los elementos más innovadores es su enfoque científico. A bordo, los pasajeros reciben información en tiempo real sobre la actividad solar, las condiciones del cielo y las previsiones de intensidad gracias a sensores integrados y conexiones satelitales. La presencia de guías especializados convierte el trayecto en una clase abierta sobre física atmosférica, magnetosfera y clima espacial, ampliando el interés más allá de lo visual.

La propuesta llega en un contexto de fuerte demanda internacional por experiencias vinculadas al ciclo solar número 25, el mismo que elevó la intensidad y frecuencia de las auroras en los últimos años. Noruega busca capitalizar esa ventana de atención global con un producto que combina paisaje, tecnología y sustentabilidad. Las primeras proyecciones estiman miles de pasajeros por temporada y un fuerte impacto en la imagen turística del país.
Este tren no solo ofrece una nueva forma de viajar, sino también una nueva forma de entender el vínculo entre ciencia, naturaleza y turismo responsable. Para muchos visitantes, promete convertirse en una de las experiencias más memorables de su paso por el Ártico.