Mohamed bin Salmán quiere comprar el Barcelona: cuánto ofrece y qué lo impide

La industria deportiva se vio sorprendida en las últimas horas por la versión de que Mohamed bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudita, estaría interesado en adquirir el FC Barcelona mediante una oferta de aproximadamente 10 mil millones de euros.

Este interés aparenta ser parte de la estrategia deportiva más amplia de Arabia Saudita, que ha intensificado su inversión en el deporte global a través del Fondo de Inversión Pública (PIF).

Ya conocido por su participación en el Newcastle United de la Premier League, el PIF busca expandir su influencia, y el Barcelona representa un objetivo atractivo dadas sus dificultades económicas actuales.

A pesar del impacto mediático de estos rumores, es fundamental entender las limitaciones y realidades estructurales que enfrenta cualquier intento de adquisición del FC Barcelona.

Legalmente, el club es propiedad de sus socios, quienes eligen al presidente y tienen un control significativo sobre las decisiones estratégicas. Este modelo de gobernanza hace imposible que el club sea comprado por un solo individuo o entidad sin el consentimiento de sus socios.

Barcelona se impuso ante Osasuna y es líder en LaLiga.

El presidente Joan Laporta ya ha reafirmado el compromiso del club con su modelo de propiedad asociativa, destacando que "el Barça sigue siendo una entidad propiedad de sus socios y eso es innegociable".

Esta postura resuena profundamente con la historia y cultura del club, y cualquier oferta de compra, por más deslumbrante que sea, se enfrenta a este obstáculo insuperable en términos legales.

Aunque la viabilidad de tal compra es irrealizable, la magnitud de la oferta ha encendido un debate sobre el futuro y la estabilidad financiera del Barcelona. El equipo, afectado por una deuda significativa y restricciones salariales bajo las reglas de LaLiga, se encuentra en una encrucijada administrativa mientras intenta no solo mantenerse competitivo en el campo de juego, sino también estabilizar su situación económica a largo plazo.

El contraste entre los modelos del Manchester City y el Paris Saint-Germain con grandes fondos de inversión detrás y el modelo de propiedad de socios del Barcelona resalta diferentes filosofías de gestión en la industria del fútbol actual.Mientras los primeros se benefician de flujos masivos de capital extranjero casi sin límites, el Barcelona lucha por equilibrar sus cuentas sin comprometer su independencia.

Si bien una venta completa está fuera de discusión, existe la posibilidad de que el Barcelona explore colaboraciones comerciales que no comprometan su independencia en la gestión deportiva.