El período de sesiones extraordinarias arrancó formalmente el 10 de diciembre, pero su primera semana dejó al descubierto una dinámica menos vertiginosa de la esperada. Más que urgencia legislativa, lo que dominó fue la dificultad operativa de La Libertad Avanza para ordenar su agenda y traducir anuncios políticos en avances concretos dentro del Congreso.
La presentación del proyecto de Modernización Laboral, finalmente ingresado el jueves 11, concentró la atención pública, pero no logró activar en paralelo el andamiaje parlamentario. El plan original del oficialismo era ambicioso: constituir de inmediato las comisiones de Presupuesto y Hacienda y Legislación Penal para avanzar con el Presupuesto 2026 y la ley de Inocencia Fiscal, incluso con la expectativa de llegar al recinto en cuestión de días. Nada de eso ocurrió en tiempo y forma.
Ahora, toda la estrategia quedó comprimida en una sola semana. Este lunes se conformarán ambas comisiones: a las 16, Legislación Penal, presidida por Laura Rodríguez Machado, y a las 17, Presupuesto y Hacienda, bajo la conducción de Alberto “Bertie” Benegas Lynch. El objetivo es emitir dictamen el martes y habilitar una sesión entre miércoles y jueves, aunque en algunos despachos ya se habla de una jornada maratónica para evitar nuevos deslizamientos del cronograma.
En paralelo, el Senado empieza a ordenar su propio tablero. Este martes 16, a las 11, los jefes de bloque se reunirán en Labor Parlamentaria para definir la integración de comisiones y el esquema de trabajo. Allí asoman los primeros focos de conflicto: la reforma laboral deberá pasar por Trabajo y Previsión Social y Presupuesto, donde la oposición ya anticipa objeciones por el capítulo impositivo y presiona para extender las audiencias informativas. El oficialismo, en cambio, busca acotar el debate.
Si el plan del Gobierno se cumple, los dictámenes podrían llegar al recinto hacia el 29 o 30 de diciembre, en una sesión final que concentre Presupuesto y reforma laboral. Un objetivo ambicioso, incluso maximalista, en un Congreso atravesado por tensiones políticas y desgaste de fin de año. Todo indica que parte de esa agenda terminará inevitablemente trasladándose a una segunda tanda de extraordinarias, que ocupará buena parte de enero y febrero.