El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, lanzó una dura crítica contra la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei y afirmó que se trata de una iniciativa “diseñada para empeorar la situación de la Argentina”. Según sostuvo, el nombre de “modernización laboral” es “el peor puesto”, ya que implica un retroceso en derechos comparable con la Asamblea del Año XIII.
Las declaraciones se dan en un contexto de fuerte tensión política y social, con el oficialismo decidido a acelerar el tratamiento del proyecto durante las sesiones extraordinarias y con el movimiento sindical organizando una movilización masiva para rechazarlo. La reforma laboral es uno de los pilares del programa económico libertario y una de las principales apuestas del Ejecutivo para enviar señales al mercado y a los gobernadores.
En declaraciones radiales, Kicillof aseguró que el país atraviesa una “emergencia laboral”, marcada por la pérdida de empleos, el cierre de empresas y la caída del salario real. En ese escenario, advirtió que la iniciativa oficial no aborda esos problemas estructurales y que, por el contrario, profundiza la precarización del trabajo.
El mandatario confirmó además que el jueves acompañará la movilización convocada por la CGT y las dos CTA en Plaza de Mayo. “Vamos a acompañar como Movimiento Derecho al Futuro y, por supuesto, como provincia de Buenos Aires”, afirmó, en un gesto político que refuerza su posicionamiento como uno de los principales referentes opositores al rumbo del Gobierno nacional.
Kicillof cuestionó también la forma en que el Ejecutivo intenta avanzar con la ley. Señaló que el proyecto tiene 197 artículos y que “no se consultó ni a las pymes ni a los trabajadores”, y advirtió que aprobarlo “por método de shock” puede agravar el conflicto social y político en un contexto de alta fragilidad económica.
Finalmente, comparó la iniciativa con las reformas laborales de los años noventa y recordó el antecedente de la Ley Banelco, durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Sostuvo que se trata de una “regresión muy fuerte” en derechos laborales y agregó que la caída de la actividad económica impacta de lleno en la provincia, que además arrastra una deuda de 13 billones de pesos que, según denunció, la Nación mantiene con el Estado bonaerense.