YPF promete una baja en la nafta: alivio mínimo y desparejo en todo el país

YPF anunció que esta semana aplicará una baja del 2% en el precio de los combustibles en todo el país. El dato, en un contexto de valores históricamente altos en surtidores, suena a gesto. Pero también expone los límites del alivio: será parcial, no homogéneo y, para muchas provincias, apenas perceptible.

El anuncio fue realizado por el presidente y CEO de la petrolera estatal, Horacio Marín, quien explicó que la decisión responde a lo que definió como un “acuerdo de honestidad con los consumidores”. Según su planteo, los precios deben moverse en función de la oferta y la demanda, con subas y bajas de acuerdo a las variables del mercado.

“Todos los días un poquito, no en todos los lados iguales”, sintetizó el directivo, en una frase que resume el nuevo criterio con el que YPF busca manejar su política comercial.

Menos ancla, más lógica de mercado

La definición marca un giro respecto de años en los que YPF funcionó, explícita o implícitamente, como ancla inflacionaria del precio de los combustibles. Ahora, la compañía se corre de ese rol y adopta una dinámica más cercana a la de una empresa privada, aun cuando sigue siendo la referencia central del mercado.

La baja anunciada confirma esa orientación, pero también deja al descubierto una contradicción conocida: el mercado ajusta rápido cuando sube, pero corrige con mucha más parsimonia cuando baja. El promedio nacional será del 2%, aunque los valores finales dependerán de costos logísticos, demanda local y la estructura de precios previa.

En el interior del país, donde los combustibles ya son sensiblemente más caros que en el Área Metropolitana de Buenos Aires, la promesa de alivio se diluye todavía más.

Sintonía con Milei y respaldo a la reforma laboral

En paralelo, Marín aprovechó la entrevista para respaldar el proyecto de reforma laboral impulsado por el gobierno de Javier Milei. Lo hizo desde una lógica empresarial: competitividad, eficiencia y productividad como condiciones necesarias para sostener el desarrollo energético y las exportaciones.

Según su diagnóstico, el sector energético argentino compite de manera directa con el shale estadounidense y necesita reglas laborales más flexibles para sostener ese desafío durante las próximas dos décadas.

El mensaje encaja con el clima político y económico que promueve el Gobierno: menos regulación, más mercado y empresas obligadas a ganar eficiencia. Marín no esquivó esa sintonía al evaluar la gestión de Milei: dijo estar “tan contento” con el Presidente como con el presente de YPF y subrayó que la petrolera no podría crecer sin un país “abierto” y orientado al libre mercado.