16/12/2025 - Edición Nº1043

Internacionales

Energía regional

Apagones, falta de combustible y ayuda externa: radiografía de la crisis sistemática en Cuba

15/12/2025 | La misión energética del ALBA y los envíos de Pemex muestran dos vías distintas de sostén externo a una isla atrapada en apagones y escasez.



Cuba atraviesa una de las crisis energéticas más profundas de las últimas décadas, con apagones prolongados que afectan la producción, el transporte y la vida cotidiana. El deterioro de su parque termoeléctrico, la falta de divisas para importar combustible y las restricciones financieras externas han convertido al suministro eléctrico en un problema estructural, no coyuntural. En ese escenario, la isla volvió a depender de aliados políticos para evitar un colapso mayor.

La fragilidad del sistema cubano se agravó en un contexto internacional adverso. Las dificultades para garantizar el arribo regular de crudo, sumadas a la obsolescencia tecnológica, expusieron los límites de un modelo energético altamente dependiente del exterior. La energía dejó de ser solo un insumo económico y pasó a ser un factor de estabilidad social y política, con impacto directo sobre la gobernabilidad.

Cuba

Cuba, oficialmente República de Cuba, es un país insular del Caribe. Está compuesta por 4.195 islas, islotes y cayos, entre ellos la isla principal homónima y la Isla de la Juventud.

Respuestas externas y cooperación política

Ante este panorama, el bloque ALBA aprobó en diciembre la creación de una Misión Internacional de Energía y Electricidad con el objetivo explícito de apoyar la restitución del sistema eléctrico cubano. La iniciativa, impulsada por Venezuela, se presentó como un gesto de solidaridad regional frente a lo que sus gobiernos describen como consecuencias del bloqueo económico. Más que un plan técnico detallado, el anuncio tuvo un fuerte contenido político y simbólico.

En paralelo, México apareció como un actor clave a través de Pemex, que en años recientes incrementó los envíos de crudo y derivados hacia Cuba. A diferencia del esquema multilateral del ALBA, se trató de un apoyo bilateral y operativo, registrado en informes corporativos como transacciones comerciales. Este flujo permitió aliviar parcialmente la escasez de combustible, aunque su continuidad quedó sujeta a decisiones internas y a un delicado equilibrio diplomático.

Límites estructurales y dilemas geopolíticos

La comparación entre ambos enfoques revela una tensión central. El ALBA ofrece un paraguas político y un relato de cooperación ideológica, pero enfrenta limitaciones materiales para garantizar combustible y repuestos de forma sostenida. México, en cambio, aportó recursos energéticos concretos, aunque con un margen de maniobra reducido por costos financieros, presiones externas y debates domésticos sobre el alcance de esa ayuda.

En conjunto, estas dos vías de apoyo muestran que la crisis cubana difícilmente se resuelva solo con gestos de solidaridad o envíos puntuales de crudo. Sin una modernización profunda del sistema eléctrico y una estrategia energética diversificada, la isla seguirá dependiendo de apoyos externos frágiles y condicionados. La energía, una vez más, se confirma como un eje donde se cruzan economía, política y geopolítica en el Caribe.

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