Cuba atraviesa una de las crisis energéticas más profundas de las últimas décadas, con apagones prolongados que afectan la producción, el transporte y la vida cotidiana. El deterioro de su parque termoeléctrico, la falta de divisas para importar combustible y las restricciones financieras externas han convertido al suministro eléctrico en un problema estructural, no coyuntural. En ese escenario, la isla volvió a depender de aliados políticos para evitar un colapso mayor.
La fragilidad del sistema cubano se agravó en un contexto internacional adverso. Las dificultades para garantizar el arribo regular de crudo, sumadas a la obsolescencia tecnológica, expusieron los límites de un modelo energético altamente dependiente del exterior. La energía dejó de ser solo un insumo económico y pasó a ser un factor de estabilidad social y política, con impacto directo sobre la gobernabilidad.
Ante este panorama, el bloque ALBA aprobó en diciembre la creación de una Misión Internacional de Energía y Electricidad con el objetivo explícito de apoyar la restitución del sistema eléctrico cubano. La iniciativa, impulsada por Venezuela, se presentó como un gesto de solidaridad regional frente a lo que sus gobiernos describen como consecuencias del bloqueo económico. Más que un plan técnico detallado, el anuncio tuvo un fuerte contenido político y simbólico.
En paralelo, México apareció como un actor clave a través de Pemex, que en años recientes incrementó los envíos de crudo y derivados hacia Cuba. A diferencia del esquema multilateral del ALBA, se trató de un apoyo bilateral y operativo, registrado en informes corporativos como transacciones comerciales. Este flujo permitió aliviar parcialmente la escasez de combustible, aunque su continuidad quedó sujeta a decisiones internas y a un delicado equilibrio diplomático.
🚨| ÚLTIMA HORA: El tirano comunista de Cuba, Díaz Canel confirma el colapso económico de la isla, dice que hay inflación descontrolada, economía paralizada, crisis en la generación eléctrica y escasez de alimentos. El COMUNISMO ES UNA MIERDA 🇨🇺. ¿Estás de acuerdo? pic.twitter.com/qo67DLyp9T
— Eduardo Menoni (@eduardomenoni) December 14, 2025
La comparación entre ambos enfoques revela una tensión central. El ALBA ofrece un paraguas político y un relato de cooperación ideológica, pero enfrenta limitaciones materiales para garantizar combustible y repuestos de forma sostenida. México, en cambio, aportó recursos energéticos concretos, aunque con un margen de maniobra reducido por costos financieros, presiones externas y debates domésticos sobre el alcance de esa ayuda.
🇨🇺🇺🇸‼️ DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS — Cuba alcanza un récord histórico y devastador: 1.192 presos políticos según el último reporte de Prisoners Defenders. Mientras la isla se hunde en una crisis humanitaria sin precedentes —hambre, colapso sanitario, apagones masivos, violencia… pic.twitter.com/gOrTaUzqDM
— UHN Plus (@UHN_Plus) December 10, 2025
En conjunto, estas dos vías de apoyo muestran que la crisis cubana difícilmente se resuelva solo con gestos de solidaridad o envíos puntuales de crudo. Sin una modernización profunda del sistema eléctrico y una estrategia energética diversificada, la isla seguirá dependiendo de apoyos externos frágiles y condicionados. La energía, una vez más, se confirma como un eje donde se cruzan economía, política y geopolítica en el Caribe.