La charla en El Living de NewsDigitales entre el dirigente de fútbol, Humberto Grondona y el periodista, Tomás Méndez, fue bien picante. El exentrenador no esquivó el peso de ser “el hijo de” ni las versiones que durante décadas rodearon al presidente de la AFA, Julio Grondona: “Inventaban cosas. Si hubieran sido ciertas, mi viejo cerraba el pico”, afirmó al recordar cómo esas acusaciones afectaron a su familia, incluso a su madre, que “se enfermó de tanto consumir todo eso”.
Grondona sostuvo que la exposición pública genera enemigos automáticos. Según su mirada, el problema no es solo el dinero, sino el deseo de poder y reconocimiento:
“Hay tipos con plata que quieren trascender a través del fútbol. El ego es más fuerte que la gestión”.
El exentrenador describió al fútbol como un espacio históricamente permeable a intereses paralelos. Habló de presidentes rodeados de “satélites” que buscan beneficios menores y de representantes que aparecen de la nada. “Antes vendían helados y hoy manejaban jugadores”, ironizó, aunque aclaró que un buen asesor es clave para que el futbolista no termine en la ruina.
También relativizó los grandes mitos del arreglo de partidos. Admitió que existieron intentos y sospechas, pero aseguró que muchas veces el engañado era el propio dirigente.
“Te prometían comprar al arquero, vos ponías la plata y el arquero quedaba como un boludo. La valija nunca llegaba”.
Grondona fue especialmente duro con el VAR, al que definió como una herramienta que alimenta la desconfianza: “Un gol, vas al baño y cuando volvés lo están revisando por un talón”, dijo. Para él, lejos de traer transparencia, el sistema multiplicó las suspicacias y se convirtió en combustible para programas deportivos y teorías conspirativas.

Recordó partidos históricos, como el de Talleres e Independiente de 1977 o la final del Mundial 1990, para explicar cómo ciertas jugadas quedaron grabadas como “robos” aunque nunca se probaran. “El mito es más fuerte que la verdad”, sentenció.
Uno de los tramos más delicados fue el de las apuestas deportivas. El dirigente advirtió que hoy el problema ya no es solo el resultado, sino variables como córners o penales. Contó anécdotas concretas donde el foco no estaba en ganar, sino en cumplir con números pactados. “Eso desvirtúa todo, sobre todo para los pibes”, alertó.
Sobre el cierre de la entrevista, habló de presiones económicas, periodismo, publicidad encubierta y necesidad. Reconoció que muchos aceptan reglas que no comparten para “llenar la heladera”, pero reivindicó una línea personal que intenta no cruzar: “Si hacés las cosas mal, tarde o temprano terminás mal”. La charla dejó una sensación incómoda pero familiar: en el fútbol argentino conviven pasión genuina, negocios opacos y mitos.