Un grupo de gobernadores peronistas, con Axel Kicillof como figura central, presentó un documento político conjunto en el que fija una agenda parlamentaria propia y cuestiona con dureza el rumbo del Gobierno nacional.
El texto, titulado “Recuperar la Argentina federal e inclusiva”, funciona como una respuesta coordinada de los mandatarios marginados del diálogo por Javier Milei y marca un nuevo reordenamiento interno dentro del peronismo, con impacto directo en el Congreso.
Fue firmado también por Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Gildo Insfrán (Formosa), Elías Suárez (Santiago del Estero) y Ricardo Quintela (La Rioja).
El documento parte de una definición estructural: “El federalismo es uno de los pilares de nuestro sistema de gobierno”, pero advierte que hoy se encuentra profundamente deteriorado.
Los gobernadores sostienen que, frente al retiro del Estado nacional, las provincias se vieron obligadas a asumir “casi en soledad la prestación de los servicios públicos indelegables”, sin que esas responsabilidades fueran acompañadas por los recursos correspondientes.
En ese marco, denuncian que la gestión de Milei agravó una situación preexistente con incumplimientos, deudas y la paralización total de la obra pública en todo el país. También alertan sobre una caída sostenida de los recursos coparticipables: recuerdan que, desde la sanción de la Ley de Coparticipación, en 1988, la participación provincial pasó del 58% al 42%, y advierten que “cada decisión del actual gobierno nacional agrava la situación”.
Recuperar la Argentina federal e inclusiva
— Axel Kicillof (@Kicillofok) December 16, 2025
El Federalismo es uno de los pilares de nuestro sistema de gobierno, pero es sobre todo la herramienta fundamental para lograr un desarrollo armónico desde lo geográfico y justo desde lo social. pic.twitter.com/9SsAGCA6SJ
Ante ese escenario, los mandatarios anunciaron que, junto a legisladores nacionales de sus provincias, impulsarán y sostendrán una agenda política e institucional en el Congreso. “Resulta imperioso rediscutir el federalismo pensado como herramienta estratégica para lograr el desarrollo y la inclusión”, señalan, y anticipan que buscarán acuerdos legislativos “más allá de las pertenencias partidarias o sectoriales”.
Se trata de un elemento central: La Libertad Avanza cuenta con 95 diputados propios y tratará de llegar a acuerdos con los bloques provinciales para lograr la aprobación de distintos proyectos. Son votos en disputa.
El texto también fija una línea clara de acción: acompañar iniciativas que promuevan el bienestar general y rechazar aquellas que impliquen quita de recursos y derechos a las provincias, en especial a productores y trabajadores. “Seremos parte de toda iniciativa que promueva bienestar del conjunto. Y rechazaremos todas las que pretendan quitar recursos y derechos”, advierten.

El entendimiento tiene, además, una fuerte lectura política interna, con Kicillof como protagonista. Para el gobernador bonaerense, este armado implica un salto estratégico hacia el interior del país, un paso clave en la nacionalización de su figura y de sus propuestas, condición indispensable si aspira a competir por la Presidencia en 2027.
Durante gran parte de este año, Kicillof estuvo concentrado en la gestión bonaerense y en la disputa electoral en la provincia de Buenos Aires, el principal bastión del peronismo. Sin embargo, desde su entorno ya dejaron trascender que su objetivo es construir el Movimiento Derecho al Futuro en todo el país, y este acuerdo con gobernadores aparece como el primer mojón concreto de esa estrategia federal.
La federalización del perfil de Kicillof también podría tener efectos colaterales dentro del peronismo. En particular, amenaza con aislar a sectores del cristinismo muy ligados a una agenda del AMBA, cuyas posiciones generan fricciones con el peronismo del interior en temas sensibles como minería, retenciones y el modelo productivo.
En ese sentido, el nuevo entendimiento entre Kicillof y los gobernadores aliados podría traducirse en una pérdida de centralidad de Cristina Kirchner en la agenda parlamentaria del bloque, desplazando el eje de conducción hacia un esquema más federal, territorial y pragmático.
No se trata aún de una ruptura, pero sí de una señal clara: el peronismo comienza a reordenarse desde las provincias, con el Congreso como escenario y con la mirada puesta en el poder nacional.