Mi pobre angelito cumplió 35 años desde su estreno, consolidándose como un clásico navideño inoxidable. Para celebrar este hito, el actor Macaulay Culkin y el director Chris Columbus se reunieron en el Museo de la Academia en Los Ángeles, donde participaron en una sesión de preguntas y respuestas que rápidamente se tornó hacia el futuro de la franquicia. Ante la consulta de un pequeño fan sobre si retomaría su papel, Culkin, ahora de 45 años, reveló que ha estado ideando una trama para una posible secuela centrada en un Kevin McCallister adulto que enfrenta los desafíos de la paternidad.
La propuesta de Culkin imagina a un Kevin que podría ser "viudo o divorciado" y que, debido a su exceso de trabajo, ha descuidado la relación con su propio hijo. Según explicó el actor, la historia se activaría cuando el pequeño, molesto por la falta de atención, decide dejarlo fuera de casa: "Estoy trabajando muy duro y no estoy prestando la suficiente atención, y el niño se está irritando conmigo, y luego me quedo encerrado afuera. No me deja entrar... y él es quien me pone trampas”. Para Culkin, este escenario serviría como una forma para recuperar el afecto de su hijo mientras intenta superar las defensas de su propio hogar.
Chris Columbus, por su parte, se mostró intrigado por las ideas del actor, calificándolas de "interesantes", aunque añadió su propia visión para que una continuación sea realmente efectiva. Para el director, el regreso no solo depende de Culkin, sino también de la icónica pareja de villanos originales. "Obviamente, la única forma de hacer una secuela de Mi pobre angelito es que necesites a Mac, necesites a Joe Pesci y a Daniel Stern. Siempre pensé que esos dos tipos probablemente habrían estado en prisión durante unos 30 años y están bastante enojados contigo, así que lo veo como una especie de película de venganza", comentó Columbus.

Durante la charla, Culkin reflexionó sobre cómo su propia paternidad ha cambiado su perspectiva del filme. Ahora, al ver la película con sus hijos, Dakota y Carson, se identifica más con la angustia de la madre de Kevin que con las travesuras del niño. Sin embargo, admitió que aún mantiene en secreto su identidad frente a sus pequeños para preservar la ilusión. "Estoy tratando de mantener viva la magia. Quiero ese momento en el que estemos viendo la película y ellos se den cuenta, y yo les diga: 'Sí, fui yo todo este tiempo'", confesó con humor al relatar cómo intenta evitar que sus hijos descubran que él es "Kevin".
Tanto el actor como el director coincidieron en que la longevidad de la película se debe a la conexión universal que el público siente con el personaje principal. Columbus atribuyó el éxito a la capacidad de Culkin para sostener la narrativa desde una perspectiva infantil genuina, logrando que cada generación se vea reflejada. Por su parte, Culkin concluyó que la esencia de la película es el triunfo del más pequeño sobre los obstáculos: "Ya seas un niño o un adulto, todos nos identificamos un poco con eso".