Con Roque Cornejo a la cabeza, LLA incomoda el poder de Sáenz en la Legislatura de Salta

La Legislatura de Salta no cambió de manos el 10 de diciembre, pero sí de clima político. El oficialismo que conduce el gobernador Gustavo Sáenz conserva un control holgado de ambas cámaras, sostenido en su victoria contundente en el interior provincial en los comicios de mayo. Sin embargo, desde el inicio del nuevo período legislativo, un actor irrumpió con fuerza y voluntad de confrontación: La Libertad Avanza.

El espacio libertario convirtió a la Capital en su principal bastión electoral y trasladó ese resultado al recinto con una estrategia clara: juras disruptivas, consignas nacionales, votos en minoría y una narrativa que busca deslegitimar a la dirigencia política tradicional. No gobierna la Legislatura, pero sí la incomoda y altera rituales largamente aceitados.

En el Senado, la irrupción violeta tiene un nombre propio: Roque Cornejo, abogado y senador provincial por Capital. Es el único representante de LLA en la cámara alta, pero concentra buena parte del impacto político del nuevo escenario. Formado en el trabajo legislativo, con pasado como asesor del espacio de Alfredo Olmedo y luego como diputado provincial por Juntos por el Cambio, Cornejo encarna el corrimiento de sectores opositores tradicionales hacia el mileísmo.

Durante la sesión inaugural, protagonizó el gesto más visible de ruptura institucional al cerrar su jura con un “¡Viva la libertad!”, fuera de la liturgia habitual. El episodio tuvo un correlato político inmediato: el gobernador evitó sacarse la foto institucional con él. Días después, el senador reforzó la línea discursiva libertaria: “Somos minoría en la cámara, pero no en la gente”, alineado con Javier Milei y con la conducción partidaria provincial que responde a Karina Milei.

La verdadera irrupción numérica se dio en la Cámara de Diputados. LLA ganó seis de las diez bancas en juego por la Capital y conformó un bloque propio que reúne nueve de los 60 escaños. No disputa mayorías, pero se convirtió en la primera minoría urbana y en el principal factor de tensión dentro del recinto.

El bloque es presidido por Eduardo José Virgili, titular de LLA Salta y exconcejal capitalino, con pasado en Juntos por el Cambio. Lo acompañan perfiles diversos: Claudio Cansino, empresario crítico del tamaño del Estado; María Elena Davids Cornejo, con trayectoria en la gestión pública y la única libertaria que compartió la foto institucional con Sáenz; Fernanda Domínguez, de discurso duro contra los privilegios políticos; Franco Lastra, ingeniero químico de 25 años y el diputado más joven del cuerpo; y María Victoria Cayo, de perfil bajo.

La expansión libertaria también alcanzó al norte provincial. Asumieron Nicolás Arce por General San Martín, Alejandro Jesús Esper por Orán y Sergio Mauricio López por Metán, completando un mapa que amplía la presencia violeta más allá de la Capital y suma complejidades a la gobernabilidad legislativa.

Detrás del armado aparecen dos figuras clave: Alfredo Olmedo y María Emilia Orozco, hoy senadora. Ambos funcionan como garantes políticos del espacio en la provincia, en un esquema que responde de manera directa a los hermanos Milei y que tuvo en Karina Milei a su principal ordenadora territorial.

El saencismo conserva el poder real, pero el escenario ya no es el mismo. La Libertad Avanza dejó en claro que no llegó para integrarse ni negociar en silencio, sino para romper rituales, disputar sentido común y convertir cada sesión en un hecho político. En Salta, el mileísmo legislativo ya puso primera.