La campaña agrícola 2025 cerró con una señal clara para el mercado global de granos: Brasil consolidó su liderazgo como principal exportador de soja, mientras Estados Unidos enfrentó una de sus temporadas más débiles en compromisos comerciales de la última década. El fenómeno no es coyuntural ni responde a un solo factor climático o financiero, sino a una acumulación de ventajas productivas, logísticas y comerciales que Sudamérica viene desarrollando desde hace años.
Para los productores estadounidenses, la noticia llegó en un momento sensible del calendario agrícola, con inventarios elevados y precios internacionales presionados a la baja. La soja brasileña no solo logró mayores volúmenes de exportación, sino que también capturó mercados estratégicos en Asia, particularmente China, desplazando contratos que históricamente se firmaban con origen estadounidense. La competencia dejó de ser marginal y pasó a ser estructural.
El desempeño brasileño en 2025 estuvo marcado por una combinación de cosechas abundantes, mejoras logísticas y una agresiva estrategia comercial. Los embarques desde puertos del norte y sudeste del país crecieron de forma sostenida, permitiendo ofrecer soja a precios más competitivos que los del Golfo de México. A esto se sumó una demanda china que llegó al último trimestre del año ampliamente abastecida, reduciendo su necesidad de compras a Estados Unidos.
En paralelo, la oferta sudamericana se vio reforzada por Argentina, especialmente en derivados como harina de soja, lo que intensificó la presión sobre los precios internacionales. Este contexto dejó a Estados Unidos con menos margen para negociar, obligando a los exportadores a competir en desventaja. El mercado comenzó a premiar volumen, continuidad y precio, tres variables donde Brasil logró imponerse con claridad.
#Brazil - soybeans near the region of Feliz Natal in Mato Grosso. So far so good! 🌱🌱 pic.twitter.com/n1XYXhT6CJ
— GRAINS & SOYBEANS (@GRAINSOILSEEDS) December 13, 2025
La pérdida de participación en el comercio global de soja plantea un desafío de fondo para la agricultura estadounidense. Más allá de una campaña puntual, el escenario sugiere un reordenamiento duradero del liderazgo agrícola, donde Estados Unidos ya no ocupa de manera automática el rol de proveedor dominante. Los productores enfrentan costos más altos, menor flexibilidad logística y una demanda internacional menos dependiente de su oferta.
Missão cumprida.
— 𝙎𝙇𝙀 𝘼𝙂𝙍𝙊🇧🇷 (@StaLuziaEsteio) March 23, 2025
A maior safra de soja do Brasil🇧🇷 está acabando de ser colhida com produção acima dos 165 milhões de toneladas. Apesar do ladrão incomodando, o clima ajudou.
Agro never stops
O Agro Não Para pic.twitter.com/oM9DRNQQwu
El impacto no se limita a la soja. La expansión brasileña en otros cultivos, como el maíz, refuerza la idea de una competencia sistémica que obliga a Washington a repensar su estrategia agrícola y comercial. Sin cambios estructurales, la tendencia podría profundizarse. El mercado global de granos está cambiando de centro de gravedad, y Sudamérica aparece cada vez más como el eje decisivo de esa transformación.