18/12/2025 - Edición Nº1045

Política

Horas clave

Reforma laboral: la CGT plantó bandera en el Senado y atajó una jugada de Bullrich

17/12/2025 | La central obrera rechazó el proyecto del Gobierno, pidió diálogo y advirtió que profundizará las protestas



La CGT expuso este miércoles en el Senado su rechazo al proyecto de reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional, cuestionó el tratamiento exprés de la iniciativa y advirtió sobre problemas de constitucionalidad. La presentación se produjo a pocas horas de la movilización convocada para este jueves en Plaza de Mayo, en una jugada que combinó presión institucional y advertencia política, mientras el oficialismo, con Patricia Bullrich al frente del debate, buscó abrir un canal de diálogo para introducir cambios al texto.

Ante las comisiones de Trabajo y de Presupuesto y Hacienda, los integrantes del triunvirato cegetista —Jorge Sola, Octavio Argüello y Cristian Jerónimo— dejaron en claro que la central obrera está dispuesta a discutir una actualización del régimen laboral, pero no a convalidar una reforma que consideran regresiva y elaborada sin consenso con el mundo del trabajo.

El contexto: qué se discute en el Senado y cómo avanza la reforma

El Senado analiza el proyecto de reforma laboral enviado por el Poder Ejecutivo, que propone cambios profundos en la Ley de Contrato de Trabajo y en el régimen sindical. La iniciativa se discute en un plenario de comisiones, con la intención del oficialismo de avanzar rápidamente hacia el dictamen y llevarla al recinto antes de fin de año.

La CGT cuestiona tanto el contenido como la forma del debate. Según plantearon sus dirigentes, el texto modifica más de cien artículos y redefine las relaciones laborales sin una discusión profunda. En ese marco, la central obrera llegó al Congreso con un documento propio que contiene más de cien observaciones al proyecto oficial y reclamó que sea tomado en cuenta en el trámite legislativo.

La postura de la CGT: rechazo, advertencia y pedido de diálogo

Durante la exposición, Jorge Sola, del sindicato de Seguros, fue el encargado de abrir las críticas más duras. Sostuvo que el proyecto presenta “grandes problemas de constitucionalidad” porque desconoce el principio protectorio del trabajo y coloca al trabajador en una supuesta igualdad con el empleador. También advirtió que la iniciativa va en contra del principio de progresividad de los derechos laborales consagrado en la Constitución y en los tratados internacionales.

Sola remarcó que la CGT no se opone a la modernización laboral y recordó que los convenios colectivos han permitido actualizar condiciones de trabajo durante décadas. Sin embargo, cuestionó que el Gobierno haya avanzado sin convocar a un ámbito real de negociación. En ese sentido, pidió un debate serio y profundo, lejos de una votación acelerada.

Octavio Argüello, de Camioneros, reforzó el mensaje político. Afirmó que “no se genera más trabajo quitando derechos” y advirtió que avanzar con una ley de este alcance en un trámite exprés puede agravar el conflicto social. Además, anticipó que la central obrera profundizará las medidas de protesta si el oficialismo insiste en aprobar la reforma sin modificaciones sustanciales.

Cristian Jerónimo, del gremio del Vidrio, cerró la presentación con un foco en el impacto social. Señaló que los salarios no alcanzan, que muchas familias no llegan a mitad de mes y que el proyecto no ofrece soluciones a la crisis del empleo formal. También cuestionó la falta de diálogo previo y ratificó la movilización convocada para este jueves.

El rol de Bullrich y la jugada del oficialismo

La exposición de la CGT se dio bajo la presidencia de la Comisión de Trabajo, a cargo de Patricia Bullrich, jefa de la bancada libertaria en el Senado y principal impulsora del proyecto. Antes y durante el encuentro, Bullrich destacó la voluntad del oficialismo de “escuchar” a los sindicatos y aseguró que habrá modificaciones al texto original.

Desde el entorno sindical, sin embargo, interpretan la convocatoria como un intento del Gobierno de mostrar apertura al diálogo para descomprimir la protesta callejera. Por eso, la central obrera optó por un mensaje dual: participar del debate institucional sin levantar la presión ni dar señales de retroceso en la movilización.

Qué plantea el Gobierno y qué objetan los sindicatos

El Ejecutivo defiende la reforma laboral como una herramienta para generar empleo formal, reducir la litigiosidad y adaptar las normas a las nuevas dinámicas del mercado de trabajo. En el Senado, representantes empresarios y rurales respaldaron el proyecto, con observaciones puntuales.

La CGT, en cambio, advierte que los cambios propuestos pueden facilitar despidos, debilitar los convenios colectivos, restringir el derecho a huelga y afectar el financiamiento del sistema de seguridad social y de las obras sociales. Además, cuestiona la creación de mecanismos que, según su visión, incentivan la desvinculación laboral antes que la contratación.

Impacto para los trabajadores y el mundo del trabajo

El debate por la reforma laboral tiene un impacto directo en la vida cotidiana de millones de trabajadores. Los cambios en indemnizaciones, jornadas laborales, vacaciones, negociación colectiva y derecho a huelga podrían modificar las condiciones de empleo en múltiples sectores.

Para la CGT, el problema central no es la ley vigente sino la falta de inversión productiva y de políticas que impulsen el empleo de calidad. Por eso, insiste en que cualquier reforma debe discutirse con tiempo, consenso y participación de todos los actores involucrados.

Próximos pasos y escenario inmediato

Concluida la ronda de exposiciones, el oficialismo buscará avanzar con el dictamen en los próximos días. Patricia Bullrich adelantó que se incorporarán modificaciones al proyecto, aunque La Libertad Avanza cuenta con los votos necesarios para aprobarlo en el Senado.

Mientras tanto, la CGT mantendrá la movilización convocada para este jueves y dejó en claro que no levantará la presión social. La combinación de protesta callejera y disputa parlamentaria marca una etapa clave en el tratamiento de la reforma laboral y anticipa un cierre de año con alta tensión política y sindical.

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