18/12/2025 - Edición Nº1045

Política

Duró poco

Reforma laboral: la chicana de Bullrich a la CGT que salió mal

18/12/2025 | La senadora respondió a la central obrera tras la marcha, pero enseguida postergó el debate del proyecto.



Patricia Bullrich salió a responderle a la CGT tras la movilización en Plaza de Mayo contra la reforma laboral, con un mensaje irónico publicado en redes sociales. Sin embargo, el cruce duró poco: enseguida, el propio oficialismo tuvo que aceptar que el Senado no estaba en condiciones de avanzar con el proyecto y postergó el debate para febrero. La secuencia dejó al descubierto un error de cálculo político en medio de un clima legislativo cada vez más tenso para el Gobierno.

El episodio ocurrió este jueves, en una jornada marcada por la marcha de la central obrera, los discursos contra el Gobierno y las negociaciones cruzadas en el Congreso, luego del traspié oficialista en Diputados con el Presupuesto 2026.

El mensaje de Bullrich tras la marcha de la CGT

La exministra de Seguridad utilizó su cuenta de X para responder a la protesta convocada por la CGT contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno. El mensaje fue breve y con tono irónico: “Gracias a la CGT por sus palabras. Las tendremos en cuenta. Ahora volvemos a lo importante”.

La publicación llegó minutos después de finalizada la movilización en Plaza de Mayo, donde dirigentes sindicales como Octavio Argüello, Jorge Sola y Cristian Jerónimo endurecieron su discurso contra el proyecto oficial y denunciaron un avance sobre los derechos laborales.

El posteo fue leído en la Casa Rosada como una señal de fortaleza política, en momentos en que el oficialismo apostaba a avanzar con rapidez en el Senado para aprobar la reforma laboral antes de fin de año.

Una reforma laboral que el Gobierno quería votar ya

La reforma laboral es una de las iniciativas centrales del Ejecutivo para el cierre del año legislativo. El proyecto propone cambios profundos en el sistema de contratación, indemnizaciones, negociación colectiva y derecho a huelga, y forma parte del núcleo duro del programa económico del presidente Javier Milei.

Tras obtener dictamen en comisiones, el objetivo del Gobierno era llevar el proyecto al recinto del Senado en un trámite exprés, incluso antes de fin de diciembre. Patricia Bullrich, como jefa del bloque oficialista en la Cámara alta, encabezó las gestiones para acelerar el tratamiento.

Sin embargo, el escenario político cambió drásticamente tras la votación del Presupuesto 2026 en Diputados, donde la oposición logró bloquear la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario, un golpe que tensó la relación del Ejecutivo con sus aliados parlamentarios.

El freno inesperado en el Senado

Con ese telón de fondo, la ofensiva para avanzar con la reforma laboral empezó a encontrar resistencia incluso entre bloques dialoguistas. Senadores de la UCR, del PRO y de fuerzas provinciales dejaron en claro que no estaban dispuestos a votar la reforma sin antes resolver el tratamiento del Presupuesto.

Sin presupuesto no sale la reforma laboral”, fue la frase que se repitió en distintos despachos del Senado, según reconstruyeron fuentes parlamentarias. El malestar también apuntó directamente a Bullrich, a quien algunos legisladores le reprocharon el estilo de presión para acelerar los tiempos.

Finalmente, el oficialismo tuvo que retroceder. El pedido formal para postergar el debate llegó en el plenario convocado para emitir dictamen, donde se resolvió pasar la discusión para el 10 de febrero.

Así, la reforma laboral que Bullrich daba por encaminada quedó en pausa apenas después de su cruce con la CGT, dejando en evidencia el desajuste entre el mensaje político y la realidad parlamentaria.

La marcha de la CGT y el endurecimiento opositor

La movilización sindical fue un factor clave en ese clima. En Plaza de Mayo, la CGT volvió a mostrar capacidad de convocatoria y lanzó su discurso más duro contra el Gobierno desde el inicio de la gestión de Milei.

Los dirigentes sindicales cuestionaron el contenido de la reforma laboral, denunciaron una pérdida de derechos y llamaron a construir un frente opositor para frenar el proyecto en el Congreso. Si bien la protesta no tuvo incidentes, el mensaje político fue claro y encontró eco en sectores del Senado que ya venían mostrando reparos.

En ese contexto, el mensaje de Bullrich buscó marcar una posición firme frente al sindicalismo, pero quedó rápidamente desactualizado por la decisión oficial de postergar el tratamiento.

Un error de timing político

Puertas adentro del Congreso, el episodio fue leído como un problema de timing. El mensaje de la senadora partía de la premisa de que la reforma laboral estaba a punto de aprobarse, cuando en realidad las negociaciones aún estaban lejos de cerrarse.

El freno no solo expuso las dificultades del oficialismo para ordenar a sus aliados, sino también el impacto que tuvo la derrota parcial en Diputados sobre el resto de la agenda legislativa. La falta de consenso para avanzar con el Presupuesto terminó condicionando todo el calendario parlamentario.

Para el Gobierno, la postergación implica estirar una definición clave y reabrir negociaciones en un contexto más adverso, con la CGT movilizada y una oposición que se muestra menos dispuesta a acompañar.

Qué sigue ahora con la reforma laboral

Con el debate postergado hasta febrero, el oficialismo deberá recalcular su estrategia. El proyecto seguirá en agenda, pero dependerá de que el Gobierno logre recomponer acuerdos políticos en el Senado y destrabar primero el conflicto en torno al Presupuesto.

Mientras tanto, la CGT capitaliza el freno como una señal de fortaleza y anticipa que mantendrá la presión contra la reforma laboral en las próximas semanas.

El cruce de Bullrich quedó como una postal de ese momento: una respuesta rápida, pensada para un escenario de avance inminente, que terminó chocando con la dinámica real del Congreso.