La disputa de Axel Kicillof y Máximo Kirchner por el PJ bonaerense entró en una fase decisiva tras la propuesta de Andrés Larroque para priorizar la gestión. Luego de la cumbre en Malvinas Argentinas, el ministro de Desarrollo de la Comunidad sostuvo que, una vez saldado el calendario electoral, el peronismo debe enfocarse en brindar un respaldo sólido a la gobernación. El planteo busca que la estructura partidaria no funcione de forma aislada, sino como un engranaje que fortalezca el liderazgo del mandatario provincial.
Para Larroque, el peronismo de la provincia de Buenos Aires ha concluido su "etapa administrativa" -centrada en padrones y fechas- para iniciar una "etapa política" necesaria. La propuesta del ministro gira en torno a condiciones que considera innegociables: el partido debe ser el sostén principal de un gobernador que hoy concentra la mayor responsabilidad institucional de la oposición.
Las palabras de Andrés Larroque sobre la idea de que el PJ debe estar alineado al gobernador Axel Kicillof pic.twitter.com/MyaXWTGvO1
— Andrés Sosa (@Sosandres) December 19, 2025
Este enfoque intenta explicar que la unidad no debe ser solo una foto, sino un compromiso de no generar ruidos internos que dificulten la gobernabilidad. En el entorno de Kicillof consideran que, ante un escenario nacional complejo, el peronismo bonaerense debe evitar dispersar sus esfuerzos en debates de estructuras y concentrarse en blindar las políticas públicas de la provincia.
El peso real del planteo de Larroque reside en el cambio técnico que se logró sobre la "lapicera" del partido. En el lenguaje político, los apoderados son los encargados legales de autorizar las listas de candidatos y las alianzas electorales ante la justicia.
Este reordenamiento busca transformar al PJ bonaerense en el soporte institucional que garantice la autonomía política de Axel Kicillof frente a las estructuras tradicionales del partido. Al contar ahora con igualdad de condiciones en la firma legal, el oficialismo provincial ya no depende exclusivamente de acuerdos externos para validar su estrategia, lo que le permite exigir un alineamiento más claro de toda la dirigencia.
Aunque se fijó el 15 de marzo de 2026 como fecha para renovar autoridades, el planteo de Larroque adelanta que el próximo año será de discusión política intensa. El objetivo del kicillofismo es que el partido actúe como una herramienta de gestión que acompañe los desafíos económicos y sociales de la provincia.

La intención es llegar a esa fecha con una lista de unidad que refleje el nuevo equilibrio de fuerzas. Para Larroque y los ministros que lo acompañan, el PJ bonaerense tiene la oportunidad histórica de renovarse, dejando de lado las lógicas de facción para convertirse en el pilar de un proyecto político que brinde certezas a sus afiliados y a la sociedad en su conjunto.
TM