27/12/2025 - Edición Nº1054

Internacionales

Escándalo sanitario

Francia y el “doctor muerte”: el anestesista que sembró terror en quirófanos

20/12/2025 | Durante años, cirugías rutinarias terminaron en colapsos inexplicables hasta que la Justicia actuó.



Durante casi una década, una serie de emergencias médicas inexplicables comenzó a repetirse en distintos hospitales del este de Francia. Pacientes que ingresaban a cirugías de rutina sufrían paros cardíacos repentinos, convulsiones o hemorragias severas sin antecedentes que lo justificaran. Al principio, nadie sospechó que detrás de esos episodios se escondía uno de los casos más oscuros de la medicina moderna francesa.

El responsable era un anestesista que hoy es conocido como el “doctor muerte”. La Justicia lo declaró culpable de haber provocado deliberadamente graves daños a decenas de pacientes, muchos de los cuales perdieron la vida mientras estaban bajo su cuidado.


La Justicia francesa investigó durante años un patrón de colapsos inexplicables ocurridos en distintos centros de salud del país.

Emergencias que no eran accidentes

Las investigaciones demostraron que al menos 30 personas fueron envenenadas durante intervenciones quirúrgicas. Doce de ellas murieron. Las víctimas incluían adultos, personas mayores y también un niño, lo que generó una conmoción nacional cuando el caso salió a la luz.

El método era tan simple como difícil de detectar. El médico manipulaba bolsas de suero o medicamentos utilizados en quirófano y les añadía sustancias peligrosas en dosis capaces de provocar un colapso inmediato. Potasio, anticoagulantes y anestésicos mal administrados eran suficientes para desencadenar una emergencia extrema en cuestión de minutos.


El anestesista condenado trabajó en varios hospitales, lo que dificultó durante mucho tiempo detectar un vínculo entre los episodios.

En muchos casos, el mismo profesional participaba luego en los intentos de reanimación, lo que durante años hizo creer que se trataba de complicaciones médicas imprevisibles.

La clave para descubrir la verdad fue el análisis estadístico. Autoridades sanitarias detectaron que los paros cardíacos se concentraban de forma anormal en operaciones donde el anestesista había estado presente, incluso cuando no figuraba como responsable principal del procedimiento. Esa coincidencia llevó a revisar miles de historias clínicas y a realizar peritajes toxicológicos. Con el avance de la investigación, quedó en evidencia que no se trataba de errores ni de mala praxis, sino de actos intencionales repetidos a lo largo de años y en distintos hospitales.


El caso generó un fuerte debate en Francia sobre los controles internos en hospitales y la seguridad de los pacientes.

El juicio y una condena histórica

El proceso judicial se extendió durante meses y fue seguido con atención en toda Francia. La fiscalía sostuvo que el médico buscaba reconocimiento, poder y control dentro del ámbito hospitalario, generando crisis para luego posicionarse como figura central en las maniobras de salvataje.

El tribunal consideró probada la intencionalidad y el abuso extremo de la confianza que la sociedad deposita en los profesionales de la salud. La sentencia fue una de las más severas previstas por la ley penal francesa, marcando un precedente sin antecedentes en el país.

Un impacto que va más allá del fallo

El caso reabrió un debate profundo sobre los controles en los hospitales, la detección temprana de comportamientos criminales y la seguridad de los pacientes. También dejó al descubierto cómo un sistema diseñado para salvar vidas puede volverse vulnerable cuando la confianza es traicionada desde adentro.

Para las familias de las víctimas, la condena representó un cierre judicial, aunque el dolor persiste. Para Francia, el “doctor muerte” quedará como un símbolo de uno de los episodios más perturbadores de su historia sanitaria reciente.