El PJ Bonaerense resolvió este viernes convocar a elecciones para la renovación de autoridades partidarias el 15 de marzo de 2026, en una definición formal que, lejos de ordenar el escenario, volvió a exponer la fractura interna del peronismo provincial. La decisión fue tomada durante una reunión del Consejo Provincial encabezada por Máximo Kirchner, en el municipio de Malvinas Argentinas.
La convocatoria llegó en medio de una negociación fallida por la unidad. El interrogante central sigue abierto: si el peronismo bonaerense logrará cerrar una lista de consenso o si se encamina a una interna que pondría en tensión el liderazgo y la estrategia rumbo a 2027.
Durante el encuentro, los representantes alineados con Axel Kicillof respondieron de manera negativa a la propuesta de unidad impulsada desde el kirchnerismo. La iniciativa del Instituto Patria contemplaba que el gobernador pudiera encabezar una lista común, pero con escasa representación en áreas clave del partido, como la designación de apoderados y la conformación de la Junta Electoral.
Desde el Movimiento Derecho al Futuro, espacio que referencia al mandatario bonaerense, rechazaron ese esquema y plantearon la necesidad de redefinir el reparto de poder interno. La contrapropuesta incluyó la ampliación del número de apoderados y un criterio de “paridad” real en la conducción partidaria, lo que implicaría modificar la actual correlación de fuerzas.
Hoy, los cargos de apoderados están ocupados mayoritariamente por dirigentes del kirchnerismo: Patricia García Blanco, Facundo Tignanelli, Ulises Giménez y Eduardo López Wesselhoefft. Cualquier cambio deberá ser resuelto por el Congreso partidario, que preside el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, en un contexto institucional delicado: tanto el Consejo Provincial como Máximo Kirchner tienen el mandato vencido.
De la reunión también participó el cosecretario general de la CGT, Cristian Jerónimo, pocas horas antes de la movilización sindical contra la reforma laboral del Gobierno nacional. En su exposición, trazó un duro diagnóstico sobre la situación de los trabajadores bajo la gestión libertaria, aportando un marco político y social que atraviesa, de lleno, la discusión interna del peronismo bonaerense.