La internación e intervención quirúrgica de Cristina Kirchner por una apendicitis, ocurrida este sábado, volvió a poner en el centro de la escena una de las urgencias quirúrgicas más frecuentes en la práctica médica.
Si bien se trata de una patología común y con alta tasa de resolución favorable cuando es tratada a tiempo, su aparición suele generar alarma por la rapidez con la que puede evolucionar y por la necesidad de una cirugía inmediata.
La apendicitis es la inflamación del apéndice vermiforme, un pequeño tubo de entre 5 y 10 centímetros de longitud que se encuentra unido al ciego, en la primera porción del intestino grueso.
Aunque su función exacta no es esencial para la vida adulta, cuando el apéndice se inflama puede convertirse en una condición potencialmente grave si no se trata de manera oportuna.
Se trata de una patología que puede presentarse a cualquier edad, aunque es más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes, y representa una de las principales causas de cirugía abdominal de urgencia en todo el mundo.
La apendicitis suele producirse cuando el apéndice se obstruye, lo que favorece la proliferación bacteriana y desencadena la inflamación. Entre las causas más habituales se encuentran:
Una vez bloqueado, el apéndice puede infectarse rápidamente, aumentar de tamaño y, en casos avanzados, perforarse, lo que provoca la diseminación de la infección en la cavidad abdominal (peritonitis).
El síntoma más característico es el dolor abdominal, que suele comenzar de manera difusa en la zona del ombligo y luego desplazarse hacia el cuadrante inferior derecho del abdomen, donde se localiza el apéndice. A ese dolor pueden sumarse:
En adultos, especialmente en personas mayores, los síntomas pueden ser menos típicos, lo que a veces retrasa el diagnóstico. Por eso, ante dolor abdominal persistente o en aumento, los médicos recomiendan una evaluación inmediata.
El tratamiento estándar de la apendicitis aguda es la apendicectomía, es decir, la extirpación quirúrgica del apéndice. La intervención puede realizarse de dos maneras:
En la mayoría de los casos actuales se opta por la laparoscopía, que permite menor dolor postoperatorio, una recuperación más rápida y menor riesgo de infecciones. La cirugía suele durar menos de una hora y, cuando no hay complicaciones, el pronóstico es muy bueno.
La recuperación tras una apendicectomía depende de la gravedad del cuadro al momento de la intervención. En casos simples, el paciente puede recibir el alta médica en 24 a 72 horas, con indicaciones de reposo relativo y control ambulatorio.
La reincorporación progresiva a las actividades habituales suele darse en el transcurso de dos a cuatro semanas, evitando esfuerzos físicos intensos durante ese período. Cuando la apendicitis se detecta a tiempo y no hay perforación, las complicaciones son poco frecuentes.