Nicolás Márquez, escritor, abogado, amigo del represor Alfredo Astiz y biógrafo oficial de Javier Milei, volvió a generar repercusión pública tras compartir en sus redes sociales una imagen de su juventud como futbolista en las divisiones inferiores del club Kimberley de Mar del Plata. El posteo, publicado en su cuenta de Facebook, funcionó como respuesta a quienes —según expresó— lo cuestionan por opinar sobre fútbol debido a su militancia ideológica libertaria.
“Para los que me fustigan diciendo que no puedo hablar de fútbol porque soy un ‘libervirgo’ que no sabe nada”, escribió Márquez, antes de detallar que jugó hasta la cuarta categoría del club marplatense, en la camada 1975, la misma de Juan Sebastián Verón. Según relató, se retiró del deporte para dedicarse al estudio del Derecho. La fotografía que acompañó el mensaje corresponde a diciembre de 1991, cuando tenía 16 años y celebraba un campeonato obtenido tras vencer 3 a 1 a Independiente en el antiguo Estadio San Martín.
Para los tontos que me fustigan diciendo que no puedo hablar de fútbol porque soy un "libervirgo" que no sé nada. Yo jugué hasta la cuarta categoría de @ClubKimberleyOK de Mar del Plata (clase 1975, la misma que Verón), luego me retiré para estudiar derecho. Esta foto es de… pic.twitter.com/FxSpk9ZKNH
— Nicolás Márquez (@NickyMarquez1) December 13, 2025
El posteo incluyó también referencias personales e ideológicas. Márquez se definió, en aquel entonces, como militante de la UCEDE, “heterosexual, oficialista y fan de Miguel Mateos”, y aclaró que su acercamiento al catolicismo se produjo varios años después. “Eso vino un quinquenio más tarde, en el Opus Dei”, precisó.
Su vínculo con la religión ha sido, desde entonces, motivo de debate. Aunque se reconoce católico y con pasado cercano al Opus Dei, Márquez no se presenta como un referente eclesiástico tradicional. Por el contrario, ha mantenido posiciones públicas fuertemente críticas hacia el papa Francisco y su impronta reformista, así como hacia sectores de la jerarquía de la Iglesia. En entrevistas y apariciones públicas suele abordar la religión desde una mirada política y cultural, cuestionando el rol de la Iglesia en la modernidad y el rumbo de sus liderazgos.
Más allá del episodio futbolístico, Márquez es una figura central del ecosistema ideológico que rodea al presidente Javier Milei. Amigo personal y principal biógrafo del mandatario, es uno de los impulsores de la narrativa cultural que el Gobierno identifica como “batalla cultural”. Junto al periodista Marcelo Duclos fue coautor del libro “Milei, la revolución que no vieron venir” (2024), una biografía celebrada públicamente por el propio Presidente, quien agradeció la publicación con un mensaje en redes sociales.
Ese mismo marco ideológico estuvo presente en episodios recientes como el discurso presidencial en el Foro de Davos, donde Milei arremetió contra la ideología woke y la agenda LGTBQ+, posiciones que coinciden con los planteos habituales de Márquez. El escritor, que se presenta reiteradamente como “heterosexual”, ha sido duramente cuestionado por organizaciones de derechos civiles tras relativizar conceptos como la homofobia, a la que definió como “un invento idiomático con carácter peyorativo”.
Autor prolífico y controversial, Márquez ha publicado más de una decena de libros en los que desarrolla una visión crítica de la izquierda, el peronismo y los movimientos sociales contemporáneos. Entre sus títulos más difundidos se encuentran “Perón: el fetiche de las masas”, “El libro negro de la nueva izquierda” -junto a Agustín Laje- y “La dictadura comunista de Salvador Allende”. Ese recorrido lo consolidó como una de las voces ultraconservadoras más influyentes del espacio que acompaña políticamente al actual gobierno.
Además de las polémicas públicas por sus declaraciones culturales y políticas, la figura de Nicolás Márquez se vio envuelta en un escándalo judicial ligado a su vida personal. En 2008, la madre de su hija presentó una denuncia por violencia familiar y por el supuesto abuso sexual de la menor cuando tenía alrededor de tres años, acusaciones que se extendieron en distintas etapas procesales hasta que la causa fue finalmente desestimada en 2022, luego del largo derrotero judicial comenzado en 2008.
Márquez nunca fue citado a declarar en ese expediente, según diversas crónicas periodísticas. Este antecedente ha sido mencionado en debates públicos y también citado por críticos del ideólogo, en especial tras comentarios suyos en redes sociales que generaron nuevas reacciones mediáticas
GZ