Las celebraciones de fin de año suelen representar un desafío para quienes buscan mantener hábitos equilibrados. Entre las altas temperaturas de diciembre y la abundancia de platos calóricos, los expertos señalan que la clave del éxito reside en la planificación y en apostar por lo hecho en casa, evitando los productos ultraprocesados.
La licenciada Nélida Karavaski, nutricionista del Hospital Británico, destacó la importancia de organizar el menú con antelación: "Aconsejamos organizar la lista de compras e incluir ingredientes variados para producir platos ricos y equilibrados, incorporando frutas y verduras y moderando las bebidas azucaradas y alcohólicas".

Uno de los puntos críticos durante las fiestas en el hemisferio sur es el riesgo de intoxicación alimentaria. Debido al calor, el manejo de los alimentos debe ser estricto para evitar enfermedades.
Cadena de frío: Los alimentos deben permanecer refrigerados a menos de 5°C hasta el momento de ser consumidos.
Cocción segura: Al cocinar o recalentar, se debe asegurar que el alimento alcance los 65°C.
Contaminación cruzada: Es vital no utilizar los mismos utensilios (tablas, cuchillos) para alimentos crudos y cocidos, y evitar que entren en contacto entre sí durante la preparación.

El análisis también pone la lupa sobre el consumo de bebidas alcohólicas. Según datos del INDEC (Encuesta Nacional de Factores de Riesgo), el consumo de alcohol en situaciones eventuales creció del 8,9% en 2009 al 13,3% en 2018.
Esta tendencia es especialmente marcada en los jóvenes -donde el consumo es cinco veces mayor que en adultos mayores- y en varones, quienes triplican el consumo respecto a las mujeres. Los especialistas insisten en que la hidratación debe realizarse exclusivamente con agua, dejando el alcohol solo para momentos puntuales y con moderación.

Para disfrutar sin culpas ni malestares, los profesionales sugieren:
* Priorizar lo fresco: Elegir ensaladas y platos livianos que acompañen las temperaturas estivales en lugar de comidas tradicionales hipercalóricas.
* Elegir lo casero: Evitar alimentos ya elaborados industriales para controlar la cantidad de sal, grasas y conservantes.
* Proteínas magras: Retirar la grasa visible de las carnes rojas y la piel del pollo antes de la cocción.
* Frutos secos: Aprovechar la ocasión para incorporar nueces, almendras y castañas, que aportan grasas saludables.
* Comer con conciencia: Ingerir bocados pequeños, realizar pausas y degustar cada sabor. Una estrategia útil es servirse un solo plato con porciones pequeñas de todo lo que se desee probar y evitar repetir.
* Sabor sin sal: Utilizar una amplia variedad de especias y condimentos para realzar los sabores sin necesidad de excederse con el sodio.
* Movimiento postcena: Caminar o bailar después de comer ayuda a mejorar la digestión y rompe con el sedentarismo de las reuniones largas.