Con la llegada de la Navidad y el Año Nuevo, circulan un sinfín de "recetas mágicas" y estrategias de compensación que prometen mitigar el impacto de las cenas copiosas. Sin embargo, muchas de estas prácticas, lejos de ayudar, suelen derivar en atracones o desajustes metabólicos.
En un contexto en el que la abundancia de alimentos ultraprocesados y calóricos es la norma, entender qué hay de cierto detrás de los mitos populares se vuelve una herramienta fundamental para transitar las celebraciones con equilibrio, conciencia y, sobre todo, bienestar.

Mito: "Hay que ayunar todo el día para compensar la cena"
Mito: "El agua con limón después de comer quema las grasas de la fiesta"

Mito: "Para no engordar, no hay que comer pan dulce ni turrón"
Mito: "Las bebidas 'light' permiten comer el doble"