A menudo, en las negociaciones de contratos cinematográficos, las cifras finales no tienen relación directa con el tiempo que un actor pasa frente a la cámara. Un caso emblemático ocurrió en el clásico navideño Mi pobre angelito, donde un actor logró un acuerdo económico envidiable por una participación que apenas alcanza los 50 segundos en el montaje final. Mientras el protagonista, Macaulay Culkin, recibió apenas 100 mil dólares por cargar con el peso de toda la cinta, un personaje secundario logró una compensación que, proporcionalmente, lo ubica entre los mejores pagos del elenco.
Para entender la magnitud de estas cifras, basta mirar las brechas salariales de la producción. Joe Pesci, la estrella de la película, negoció un contrato de entre 2 y 3 millones de dólares. Por otro lado, Daniel Stern, quien interpretó al ladrón Marv, inicialmente iba a cobrar unos 300 mil dólares. Sin embargo, un conflicto contractual de Stern estuvo a punto de cambiar el destino de la película y fue lo que abrió la puerta a una de las anécdotas financieras más curiosas de Hollywood.
El problema surgió cuando la producción anunció que el rodaje se extendería dos semanas más sin aumentar el salario de Stern. El actor, descontento al compararse con el sueldo de Pesci, decidió abandonar el proyecto. Ante la urgencia, el director Chris Columbus y el guionista John Hughes contactaron a Larry Hankin para que fuera el nuevo Marv. Sin embargo, cuando Hankin ya tenía las valijas listas para viajar al set, Stern se arrepintió, aceptó los términos originales y retomó su lugar en el filme.

Ante el desplante involuntario hacia Larry Hankin, quien ya se veía como coprotagonista, la producción sintió la necesidad de compensarlo. En lugar de simplemente despedirlo, le ofrecieron el breve papel del oficial Balzak, el policía que atiende la llamada desesperada de la madre de Kevin desde París. Conscientes de que pasar de un protagónico a una sola página de guion era un golpe profesional, decidieron que la reparación sería económica y logística.
Por menos de un minuto de aparición en pantalla, Hankin recibió un pago de 10 mil dólares, además de traslados en primera clase y la facilidad de realizar todo su trabajo en una sola jornada de ida y vuelta. Si se analiza el salario por segundo trabajado, su remuneración superó con creces la de los protagonistas. Además, gracias a la estructura de su contrato, el actor continúa percibiendo regalías hasta el día de hoy por esa mínima intervención.