El webinar por los dos años de TEActiva funcionó como una radiografía precisa del momento que atraviesa el Trastorno del Espectro Autista (TEA) en la Argentina. No desde el golpe bajo ni la épica vacía, sino desde el trabajo sostenido, la información dura y la convicción de que sin visibilidad no hay derechos.
En estos dos años, TEActiva se propuso algo incómodo para muchos: sacar al autismo del margen, del “tema de nicho”, y plantarlo en la agenda pública. Y lo hizo usando una herramienta que los organizadores conocen bien: el periodismo.
Contenidos con valor informativo, historias reales, campañas pensadas más para amplificar la causa que para lucir una marca. El mensaje fue claro: no se trata de que TEActiva tenga espacio, sino de que el TEA lo tenga.
Uno de los ejes centrales del encuentro fue la visibilización como punto de partida. No como consigna simpática, sino como trabajo cotidiano. Desde el clipping periodístico hasta la producción de campañas, TEActiva funciona como una usina de contenidos que busca reflejar realidades diversas: chicos, jóvenes, adultos y familias atravesadas por el espectro autista en contextos muy distintos.
Periodistas como Daniela Blanco pusieron el foco en el rol de los medios masivos como caja de resonancia. La cobertura sobre autismo creció de manera exponencial en los últimos años, no por moda, sino porque del otro lado hubo audiencias demandando información mejor y más seria. Ese “matrimonio” entre quien informa y quien quiere entender generó impacto real: en la sociedad, en las instituciones y hasta en la Justicia.
El segundo gran bloque del webinar estuvo dedicado a la Semana Azul, una iniciativa que convirtió al 2 de abril, Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, en algo más que una fecha del calendario. La apuesta fue clara: no un día aislado, sino una semana completa de acciones, contenidos y presencia territorial.
La llamada “marea azul” creció rápido y fuerte. Desde bicicleteadas multitudinarias hasta recorridos federales como el Tour Azul, impulsado por Juan Zemborain junto a Empujando Límites, la consigna fue salir a buscar a quienes no están involucrados directamente con el autismo. Porque el mensaje es incómodo pero real: le puede tocar a cualquiera. Y cuando eso pasa, más vale que la sociedad esté un poco menos perdida.
Uno de los momentos más contundentes del encuentro fue el análisis del caso de Benicio Rey, hijo del arquero Rodrigo Rey, separado de su escuela por su condición de autismo. La abogada Carla Junquera explicó sin eufemismos un fallo judicial histórico que dejó precedentes claros: los colegios no pueden escudarse en el “derecho de admisión” para discriminar, sino que deben capacitarse y realizar adaptaciones razonables.
El fallo, ya firme, no solo resolvió una situación puntual, sino que expuso un problema estructural: la falta de preparación del sistema educativo frente a la neurodivergencia. Desde TEActiva remarcaron que judicializar no es el objetivo, pero sí una herramienta cuando los derechos básicos se vulneran. La inclusión no puede depender de la buena voluntad de una institución: es una obligación legal.
El último bloque del webinar mostró uno de los proyectos más innovadores y concretos: los palcos sensoriales. Espacios diseñados para que personas con autismo puedan disfrutar de espectáculos deportivos y culturales sin el sobreestímulo que suele expulsarlos de esos ámbitos. No aislamiento, sino adaptación.

Psiquiatras, familias y deportistas coincidieron en algo simple y potente: cuando se crean las condiciones, las personas aparecen. Los palcos sensoriales, ya implementados en clubes de fútbol, autódromos y eventos masivos, funcionan como experiencias en vivo de inclusión real. No caridad, no marketing: derechos en acción.
Sobre el cierre, el dato que incomoda: hoy, uno de cada 31 niños está dentro del espectro autista. Hace 20 años era uno cada 150. La tendencia es clara y no espera. El primer impacto es en las familias; el segundo, en las escuelas; el tercero, en una sociedad que todavía llega tarde.
TEActiva plantea el próximo paso sin rodeos: incidir en políticas públicas. Porque las ONG solas no alcanzan y la buena voluntad tampoco. El autismo no es “lo que viene”: es lo que ya está acá. Y cuanto antes se lo mire de frente, menos tarde será.