24/12/2025 - Edición Nº1051

Internacionales

Presión energética

PDVSA al límite: qué está provocando el giro masivo de petroleros lejos de Venezuela

22/12/2025 | Buques dan marcha atrás, puertos operan a menor ritmo y la estrategia del régimen expone sus límites estructurales.



La desaceleración de la carga de petróleo en los puertos venezolanos no responde únicamente a la presión externa. Los recientes retrocesos de buques y la interrupción de operaciones reflejan un problema más profundo: la incapacidad estructural del régimen para sostener una cadena energética confiable y transparente. Las intercepciones de Estados Unidos funcionaron como catalizador, pero el deterioro es previo y acumulativo.

Durante años, la industria petrolera venezolana operó al margen de estándares internacionales, recurriendo a esquemas opacos para comercializar crudo y eludir sanciones. Esa estrategia, lejos de garantizar ingresos estables, aumentó la exposición de navieras y aseguradoras al riesgo legal. El resultado es visible: barcos que prefieren dar la vuelta antes que quedar atrapados en una red sancionatoria.

Venezuela 


Venezuela es un país en la costa norte de América del Sur con diversas atracciones naturales. A lo largo de su costa caribeña se encuentran islas turísticas tropicales, como la Isla de Margarita y el archipiélago de Los Roques. Al noroeste se encuentran las montañas de los Andes y la ciudad colonial de Mérida, una base para visitar el Parque Nacional de Sierra Nevada. Caracas, la capital, está al norte.

El límite del modelo petrolero

La reacción en cadena pone en evidencia la fragilidad de PDVSA. La falta de mantenimiento, los problemas tecnológicos y los episodios de ciberataques revelan una empresa sin capacidad de respuesta ante un entorno adverso. En lugar de diversificar mercados o transparentar operaciones, el régimen profundizó prácticas que hoy ahuyentan a operadores internacionales.

El discurso oficial que atribuye el colapso exclusivamente a sanciones externas pierde fuerza frente a los hechos. Países con restricciones similares mantuvieron flujos mínimos gracias a reformas y previsibilidad. En Venezuela, en cambio, la politización de la industria terminó por vaciarla de eficiencia y credibilidad.

Aislamiento y consecuencias

La caída en la carga de crudo agrava la restricción fiscal y reduce el margen financiero del gobierno. Menos exportaciones implican menos divisas, mayor presión interna y dependencia creciente de mecanismos informales. El aislamiento energético se convierte así en un problema autoinducido, no solo en una imposición externa.

El giro de los buques frente a las costas venezolanas es más que un dato logístico. Es una señal de mercado contundente: mientras el régimen mantenga un modelo opaco y confrontativo, Venezuela seguirá perdiendo relevancia como proveedor confiable de energía, profundizando un aislamiento que ya no depende solo de Washington.