24/12/2025 - Edición Nº1051

Internacionales

Efeméride cultural

La noche en que Van Gogh se mutiló la oreja: qué pasó realmente en Arlés

23/12/2025 | El 23 de diciembre de 1888, un episodio de violencia y fragilidad mental marcó para siempre la vida y la obra del pintor neerlandés



La noche del 23 de diciembre de 1888 en Arlés no solo alteró el curso de la vida de Vincent van Gogh, sino que terminó por fijar uno de los mitos más persistentes de la historia del arte moderno. Tras una discusión con Paul Gauguin, con quien compartía la llamada Casa Amarilla, Van Gogh sufrió una crisis psicológica que culminó con la mutilación de parte de su oreja izquierda. El episodio, documentado por la policía local y por cartas posteriores del propio artista, se convirtió en símbolo de la tensión extrema entre genialidad y padecimiento.

El contexto fue decisivo. Van Gogh atravesaba un período de intensa productividad artística, pero también de aislamiento emocional, precariedad económica y creciente inestabilidad mental. Su relación con Gauguin, pensada como un experimento de convivencia artística, había derivado en fricciones constantes. La ruptura de ese proyecto personal profundizó un estado de angustia que ya venía manifestándose en episodios de ansiedad, insomnio y alucinaciones.

Arte y fragilidad

El gesto extremo de Arlés no puede leerse como un acto romántico ni como una excentricidad aislada. Fue la expresión de una enfermedad mental que, en el siglo XIX, carecía de diagnósticos claros y tratamientos adecuados. Tras el incidente, Van Gogh fue internado en el hospital de Arlés y luego en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence, donde continuó pintando de manera obsesiva, produciendo algunas de sus obras más reconocidas.

Lejos de apagar su creatividad, el episodio marcó una nueva etapa en su obra. Pinturas como La noche estrellada y Los lirios condensan una mirada profundamente subjetiva del mundo, atravesada por el sufrimiento, pero también por una búsqueda desesperada de orden y belleza. El dolor se transformó en lenguaje visual.

El nacimiento del mito

Con el tiempo, el episodio de la oreja se convirtió en una narrativa simplificada que redujo la figura de Van Gogh al estereotipo del genio loco. Sin embargo, esa lectura oculta la dimensión humana del artista: un hombre lúcido sobre su propio padecimiento, consciente de sus límites y sostenido, en gran parte, por el vínculo con su hermano Theo.

A más de un siglo del hecho, la efeméride del 23 de diciembre invita a una lectura menos sensacionalista y más compleja. La noche de Arlés no explica por sí sola la grandeza de Van Gogh, pero sí recuerda que su legado artístico nació en diálogo permanente con la fragilidad humana, una tensión que sigue interpelando al arte contemporáneo.