Mi pobre angelito: la historia del Talkboy, el juguete de Kevin que todo niño quería tener

La historia del Talkboy es uno de los ejemplos más fascinantes de cómo el cine puede dictar las tendencias de consumo. Originalmente, este dispositivo de grabación no existía en las jugueterías; fue concebido por el guionista John Hughes y la empresa Tiger Electronics específicamente como un accesorio para que Kevin McCallister pudiera engañar a los adultos en Mi pobre angelito 2. Hughes quería que Kevin tuviera un dispositivo avanzado para su época, algo parecido a un artilugio de James Bond para niños.

Aunque Tiger lanzó una versión comercial en 1992 para coincidir con el estreno de la película, el juguete fue inicialmente un fracaso. El dispositivo real carecía de la función más icónica que se veía en la pantalla, que era la capacidad de ralentizar la voz para que un niño sonara como un adulto. La decepción de los consumidores fue tal que el juguete quedó relegado en los estantes.

Todo cambió en la Navidad de 1993, un año después del estreno en cines. Tiger relanzó el producto bajo el nombre de "Deluxe Talkboy", incorporando finalmente el modulador de voz. El momento fue perfecto: Fox acababa de lanzar la película en VHS, vendiendo 10 millones de copias que incluían publicidad del juguete. 

La desesperación de los padres por conseguir el Talkboy alcanzó niveles insólitos. Tiger Electronics recibía cientos de llamadas diarias de adultos que ofrecían sobornos o inventaban historias dramáticas para obtener uno. El impacto económico de este juguete no solo benefició a la fabricante, sino también al propio Macaulay Culkin. El actor ha confesado recientemente que la secuela es su proyecto favorito, en gran parte por los beneficios financieros que le reportó:"Me pagaron más. Creo que poseo el cinco por ciento de las ganancias netas. Y también el 15 por ciento del merchandising. Así que, si comprás un Talkboy, yo digo 'sí, me llevaré el 15 por ciento de eso'".

A pesar de que la marca perdió fuerza a finales de los años 90 y el registro de la marca caducó en 1999 tras la compra de Tiger por parte de Hasbro, el Talkboy permanece como un objeto de culto. Hoy en día, el dispositivo es uno de los accesorios cinematográficos más icónicos de la historia y las versiones autografiadas por Culkin se han subastado por más de mil dólares.