Los salarios siguen mostrando dificultades para recuperar poder adquisitivo. Según el INDEC, en octubre los ingresos crecieron 2,5% nominal, apenas por encima de una inflación del 2,3%. Sin embargo, el dato esconde una dinámica más compleja cuando se observa el comportamiento por sectores.
Al desagregar el índice salarial, se advierte que los salarios registrados del sector privado subieron 2,1%, mientras que los del sector público avanzaron apenas 1,9%, ambos por debajo del nivel de precios del mes.
El componente que empujó el promedio general fue el de los salarios no registrados, que aumentaron 4,2%. No obstante, este dato tiene un rezago de alrededor de cinco meses, lo que reduce la calidad del análisis para evaluar la situación actual.
En términos reales, los salarios registrados del sector privado cayeron 0,3% en octubre y volvieron a ubicarse por debajo de los niveles de noviembre de 2023.

La situación es aún más delicada en el sector público, donde los salarios se redujeron 0,5% real en el mes y acumulan una pérdida del 14,4% desde noviembre de 2023.
En conjunto, los salarios registrados -públicos y privados- se encuentran 5,8% por debajo del nivel de noviembre de 2023, consolidando un escenario de deterioro persistente.
Al mirar en detalle el sector público, el ajuste es desigual pero profundo. En octubre, los salarios del sector público nacional cayeron 1,1% intermensual en términos reales y acumulan una pérdida del 33,3% frente a noviembre de 2023. En el ámbito provincial, la baja fue más moderada en el mes (-0,2% real), aunque los salarios aún se ubican 6,5% por debajo del nivel previo al cambio de ciclo.

Si el índice de salarios registrados se ajusta por inflación utilizando la canasta de consumo de la ENGHo 2017/18, la foto es todavía más exigente. Bajo esa medición, la pérdida de poder adquisitivo entre noviembre de 2023 y octubre de 2025 alcanza el 15%, lo que sugiere que el impacto sobre el consumo cotidiano es mayor al que refleja el IPC general.

Aunque el dato agregado muestra una leve mejora nominal, los salarios registrados siguen perdiendo contra la inflación, con un ajuste particularmente severo en el sector público. La recuperación del ingreso real continúa siendo una deuda pendiente y, por ahora, el rebote no alcanza para recomponer lo perdido.