Navidad de 1988: el mensaje de Raúl Alfonsín que marcó el final de su mandato
24/12/2025 | El por entonces presidente envió un mensaje de esperanza en medio del torbellino político y económico. El discurso completo y las 7 frases destacadas.
Alfonsín prefirió hacer foco en el valor de la recuperación de la democracia y agradeció a distintos sectores.
El 24 de diciembre de 1988, Raúl Alfonsín emitió su último mensaje navideño como presidente de la Nación, en un contexto marcado por una profunda crisis económica y por las tensiones políticas propias del final de su mandato.
A cinco años del retorno de la democracia, el líder radical apeló a un tono reflexivo y emotivo, reivindicó el camino recorrido desde 1983 y buscó sostener la esperanza colectiva en medio de un escenario adverso que ya anticipaba las dificultades que atravesaría el país en 1989.
El mensaje se inscribió en una etapa especialmente delicada. El fracaso del Plan Austral, la aceleración inflacionaria, el endeudamiento externo y la pérdida de reservas golpeaban con fuerza la economía, mientras el Gobierno enfrentaba un desgaste político creciente y negociaciones complejas con el peronismo, que se encaminaba a recuperar el poder.
Aun así, Alfonsín eligió destacar la dimensión institucional de su gestión y subrayar el valor histórico de haber consolidado la democracia tras la última dictadura militar.
En uno de los tramos más recordados, el presidente personalizó su mensaje y expresó su orgullo hacia distintos sectores sociales. Se dirigió a las madres, a los trabajadores, a los jóvenes y a quienes, aun en condiciones adversas, seguían apostando al esfuerzo y al trabajo.
Las 7 frases más destacadas del mensaje
Debo agradecerles lo que han hecho durante estos 5 años al servicio del país y de sus instituciones. Y decirles, además, que orgulloso me siento de ser el presidente de todos ustedes. Hace 5 años inauguramos una etapa nueva, nueva para mí, nueva para ustedes.
Hemos podido ir afirmando, consolidando, no sólo la democracia de los argentinos, sino encontrando la manera de superar sin duda la crisis más dura que ha vivido la Argentina en el presente siglo.
Estoy orgulloso de ser su presidente, señora, que ha dado pruebas de coraje y que ha decidido por encima de todo ser la responsable de la educación de su hijo, porque lo ha traído al mundo para que viva en libertad y pueda decidir su destino.
Estoy orgulloso de ser su presidente, señor, en este tiempo duro y difícil, porque lo veo trabajar para superar tantos inconvenientes, sin que se le caigan los brazos y sin perder la esperanza de una realización que todos sabemos que vamos a concretar.
Estoy orgulloso de ser tu presidente, muchacho, también en situación dura, con el porvenir a veces incierto, pero no has elegido el camino fácil, te estás esforzando en el trabajo y en el estudio para sumar tu esfuerzo al esfuerzo de todos.
Estoy orgulloso de los trabajadores del país, porque han realizado un esfuerzo de, en estos cinco años, realmente valioso y extraordinario, y han tenido la comprensión de saber que vivíamos una crisis que tenía importantes causas internas y externas.
Estoy orgulloso también de ser el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Argentinas, cuya inmensa mayoría supo superar el dolor, supo superar problemas agudos y estuvo al servicio de las instituciones, de la democracia y de la disciplina.