El 2024 dejó una imagen incómoda para el oficialismo: Carolina Píparo, una de las caras visibles del armado libertario en la provincia de Buenos Aires, enfrentada públicamente con Javier Milei. No fue un cruce aislado ni una diferencia menor, sino una secuencia de episodios que combinaron expectativas frustradas, decisiones legislativas y una escalada discursiva que se trasladó a las redes sociales.
El primer punto de quiebre apareció incluso antes de la asunción presidencial. Tras el triunfo electoral de 2023, el nombre de Píparo sonó con fuerza para conducir la ANSES, una señal política que muchos dieron por hecha. Sin embargo, en el tramo final de la transición, el cargo quedó en manos de Osvaldo Giordano, producto de negociaciones internas. Para el entorno presidencial fue una decisión de armado; para Píparo, un desplazamiento que dejó la relación marcada desde el inicio.
El conflicto escaló en febrero de 2024, durante el tratamiento de la Ley Bases en la Cámara de Diputados. Píparo rechazó un inciso puntual del proyecto y el oficialismo lo leyó como una deslealtad. La reacción no quedó puertas adentro: desde cuentas alineadas con la comunicación presidencial se difundió una lista de legisladores señalados como “traidores”, entre ellos la diputada bonaerense. La disputa se volvió pública, directa y amplificada.
La respuesta de Píparo también llegó por redes y entrevistas, con críticas al método de confrontación y a la lógica de marcar enemigos internos. En paralelo, Milei endureció su discurso y lanzó una frase que funcionó como advertencia política: “Para los traidores no hay tabula rasa”. El mensaje tuvo un destinatario claro y buscó disciplinar al bloque en medio de un debate legislativo clave.
Durante el resto de 2024, la relación se mantuvo en un equilibrio inestable. Píparo sumó cuestionamientos al impacto social del ajuste y al vínculo del Ejecutivo con el Congreso, ubicándose en una zona gris: lejos de la oposición dura, pero también fuera de la obediencia automática. El giro llegó en septiembre, cuando anunció su regreso formal al bloque de La Libertad Avanza. El cierre definitivo se produjo en 2025, con su designación como directora del Banco Nación mediante el decreto 907/2025. El cargo selló la reconciliación política y dejó atrás, al menos por ahora, la pelea que marcó al oficialismo durante todo un año.