25/12/2025 - Edición Nº1052

Política

Giro conceptual

Copiada de Chile: por qué la regla fiscal K representa un triunfo cultural para Milei

25/12/2025 | La obsesión de Milei por el superávit fiscal derramó en la oposición. El kirchnerismo presentó una interesante regla fiscal estructural con tope de deuda.



Unión por la Patria presentó en el Congreso un proyecto de ley para establecer una regla fiscal propia, con el objetivo declarado de garantizar la estabilidad macroeconómica de largo plazo y la sostenibilidad de la deuda pública.

La iniciativa introduce límites explícitos al resultado fiscal, al crecimiento del gasto y al endeudamiento en moneda extranjera, un giro discursivo relevante para un espacio político que históricamente relativizó la centralidad del orden fiscal en la política económica.

En ese sentido, la propuesta puede leerse también como un efecto indirecto de la agenda instalada por el gobierno de Javier Milei y como un dato significativo en la disputa cultural sobre el rol del Estado y las cuentas públicas.

Un giro discursivo en el kirchnerismo

El dato político de fondo es que el kirchnerismo —tradicionalmente crítico de las reglas fiscales y de la noción de equilibrio presupuestario como objetivo central— ahora impulsa una norma que consagra el superávit o equilibrio fiscal estructural como principio permanente.

El proyecto sostiene que “el resultado fiscal primario estructural de la Administración Nacional deberá ser superavitario o equilibrado”, incorporando una lógica de previsibilidad y disciplina que hasta hace poco era asociada al discurso liberal u ortodoxo. Se trata de un esquema casi calcado al utilizado por Chile desde hace más de 20 años.

Para el oficialismo libertario, este movimiento puede interpretarse como un triunfo parcial en la batalla cultural: la cuestión fiscal dejó de ser un tema secundario incluso para sus principales adversarios.

El corazón de la propuesta: resultado estructural y anticiclicidad

El texto pone el foco en el concepto de resultado fiscal primario estructural, definido como la diferencia entre ingresos y gastos ajustados por el ciclo económico y factores transitorios. La estimación quedaría a cargo de la Oficina Nacional de Presupuesto, dependiente del Ministerio de Economía.

A diferencia de una regla de déficit cero estricta, la iniciativa incorpora un enfoque anticíclico: en contextos de recesión, el Poder Ejecutivo deberá garantizar un crecimiento real mínimo del gasto primario, mientras que en períodos de fuerte expansión económica se imponen límites más estrictos al aumento del gasto.

Límites al gasto y flexibilidad controlada

En concreto, el proyecto establece que, ante dos trimestres consecutivos de caída de la actividad, el gasto primario real deberá crecer al menos 0,6% interanual, con una tolerancia de desvío de hasta 1% del PBI respecto del objetivo fiscal estructural.

En cambio, cuando el crecimiento económico supere el 3% del PBI, el gasto no podrá aumentar por encima del 90% del incremento nominal de los recursos totales.

La lógica busca evitar tanto los ajustes procíclicos en recesión como los desbordes de gasto en fases expansivas.

Diputados kirchneristas en la marcha de la CGT.

Tope a la deuda en dólares y sostenibilidad externa

Otro eje central es la sostenibilidad externa. El proyecto fija un tope del 30% del PBI para el stock consolidado de deuda bruta en moneda extranjera de la Administración Central y el Banco Central. Si ese umbral fuera superado por factores ajenos al Ejecutivo, se prohíbe emitir nueva deuda en dólares por encima de los vencimientos de capital.

Además, la valuación de esa deuda se calcularía a un tipo de cambio real fijo, con el objetivo de evitar distorsiones contables.

Controles a los capitales financieros

La iniciativa también introduce regulaciones al ingreso de fondos de no residentes destinados a activos financieros locales. Entre otras condiciones, establece un plazo mínimo de permanencia de 180 días y habilita al Banco Central a exigir depósitos no remunerados y no transferibles en dólares

Este punto refleja la impronta histórica del espacio en materia de control de capitales y marca una diferencia clara con el enfoque de apertura financiera del actual gobierno.

Cláusula de escape y control parlamentario

Finalmente, el proyecto incorpora una cláusula de escape que permite suspender temporalmente la regla fiscal —por un máximo de dos años— ante eventos extraordinarios como desastres naturales, crisis internacionales o emergencias económicas, siempre con justificación fundada y aval del Congreso.