En las vísperas de las fiestas, la madre del fotorreportero Pablo Grillo envió una carta manuscrita a los jueces de la Cámara Federal para exigir justicia ante el estancamiento de la causa por la represión del 12 de marzo frente al Congreso. Mientras el sistema judicial se encamina al receso, la familia denunció que el joven atraviesa una compleja rehabilitación neurológica tras sufrir una fractura de cráneo por el impacto de una granada de gas lacrimógeno lanzada por Gendarmería.
El testimonio de María del Carmen Bucceroni interpela la conciencia de los magistrados Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, recordándoles el contraste entre sus celebraciones y el dolor de una familia "rota". "Yo como ustedes, siendo madre, abuela, no estoy organizando nada. Estoy, estamos en el hospital al lado de Pablo, mirando sus gestos, controlando que coma", relata el documento.
La evolución del paciente es un proceso de "día a día" centrado en recuperar funciones vitales básicas que se vieron interrumpidas tras el ataque. Según el manuscrito, el foco actual está en la alimentación:
A pesar de que la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por tentativa de homicidio, la investigación entró en un cono de sombras. La defensa del uniformado apeló la imputación argumentando que se cumplieron órdenes directas durante el operativo de seguridad comandado por el Ministerio de Seguridad.
Ante esta inacción en los tribunales locales, organismos como el CELS, Amnistía Internacional y el sindicato SiPreBA elevaron el reclamo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Miami. La madre exige que se reconozca que "el mal accionar vino de un solo lado" y que Grillo "solo estaba sacando fotos" al momento de ser baleado.

A continuación, la transcripción completa del texto enviado por María del Carmen Bucceroni a la Cámara Federal:
"Señores Jueces de la Cámara:
Ya estamos en las vísperas de las fiestas, seguramente ustedes deben estar organizando y comprando regalos; qué bueno, me parece bien y les deseo unas felices fiestas. Lo raro, lo triste, es que yo como ustedes, siendo madre, abuela, no estoy organizando nada. Estoy, estamos en el hospital al lado de Pablo, mirando sus gestos, controlando que coma, algo tan simple y tan difícil para él; porque les cuento, por si no se acuerdan, que él había dejado de comer. Ahora, en su rehabilitación, está volviendo a hacer ese acto tan sencillo como comer.
Quiero que sepan, Señores Jueces, que es muy grande el dolor que tengo, tenemos. Ya nada es igual, ni en lo personal ni en lo familiar. Estamos rotos. Lo único que me da fuerzas para seguir es ver a Pablo. No sé qué va a pasar mañana, esto es un día a día. No sé cómo será su futuro, cómo seguirá todo esto. Lo único que tengo claro es que ustedes son quienes tienen que impartir la justicia que Pablo necesita y que reconozcan que el mal accionar vino de un solo lado, y que Pablo solo estaba sacando fotos. Tan solo pido justicia por él, la familia, y para aquellos que como Pablo no solo hacían su trabajo, sino que se solidarizaban por una justa causa.
Felices fiestas, feliz año nuevo y, por favor, cuando levanten sus copas, miren al cielo, busquen una estrella y que esta los ilumine, para que al tratar la causa de Pablo puedan decir todos juntos: "será justicia". Con todo respeto los saluda,
María del Carmen, mamá de Pablo".
TM