26/12/2025 - Edición Nº1053

Internacionales

Cambio de ciclo

Giro total en Honduras: cómo llega Nasry Asfura al poder y qué deja el clan Zelaya

25/12/2025 | La victoria del conservador marca un giro en seguridad, economía y política exterior tras años de hegemonía de izquierda.



La proclamación oficial de Nasry “Tito” Asfura como presidente electo de Honduras selló un cambio político profundo en uno de los países más inestables de Centroamérica. Tras semanas de conteo y validaciones institucionales, el resultado confirmó el regreso del Partido Nacional al poder y, sobre todo, el cierre de un ciclo dominado por la influencia de la familia Zelaya y de la izquierda hondureña.

El triunfo de Asfura no solo representa una alternancia electoral, sino un rechazo explícito a un proyecto político que, para amplios sectores de la sociedad, no logró revertir la inseguridad, la fragilidad económica ni el deterioro institucional. La salida del oficialismo marca el final de un esquema de poder asociado al populismo y a una agenda ideológica que priorizó afinidades regionales por sobre resultados concretos.

Honduras 


Honduras es un país centroamericano con costas del Mar Caribe al norte y el Océano Pacífico al sur.

Seguridad y orden como ejes

Durante la campaña, Asfura construyó su mensaje sobre la promesa de mano dura contra el crimen organizado y las pandillas, una demanda central en un país golpeado por la violencia y la migración forzada. El nuevo liderazgo propone recuperar el control territorial, fortalecer a las fuerzas de seguridad y restablecer la autoridad del Estado, en contraste con lo que sus críticos describen como años de permisividad.

El enfoque en seguridad se combina con una agenda pro‑empresa y de reactivación económica. Asfura apuesta a mejorar el clima de inversión, generar empleo y recomponer la confianza de actores privados, en un intento por revertir el estancamiento y la dependencia de la asistencia externa que caracterizó a la etapa previa.

Reordenamiento internacional

En política exterior, la llegada de Asfura anticipa un alineamiento más claro con Estados Unidos y con gobiernos de orientación conservadora en la región. El nuevo presidente busca distanciarse de los vínculos ideológicos de la izquierda hondureña con regímenes autoritarios y reinsertar al país en un esquema de cooperación centrado en seguridad, comercio y migración.

Con la asunción prevista para enero de 2026, Honduras inicia una etapa que muchos interpretan como el fin del ciclo Zelaya. Para sus partidarios, el nuevo gobierno abre la posibilidad de un Estado más previsible, menos ideologizado y enfocado en orden, crecimiento y relaciones internacionales pragmáticas, marcando un punto de inflexión en la política hondureña reciente.