27/12/2025 - Edición Nº1054

Internacionales

Historia religiosa

Jesús, judío del siglo I: el dato histórico que cambia cómo leés el Evangelio

26/12/2025 | Lejos de la polémica, el consenso académico confirma que la vida de Jesús se desarrolló dentro del judaísmo del siglo I.



La afirmación de que Jesús de Nazaret era judío no es una postura ideológica ni una reinterpretación moderna, sino un hecho respaldado por el consenso histórico y por las propias fuentes bíblicas. Su vida, su enseñanza y su práctica religiosa se inscriben plenamente en el judaísmo del siglo I, en el contexto del llamado judaísmo del Segundo Templo.

Jesús nació en una familia judía y fue criado dentro de las tradiciones de su pueblo. Los evangelios relatan que María y José cumplían los preceptos de la Ley, llevándolo al Templo, circuncidándolo según la Torá y participando de las festividades religiosas. Estas prácticas no eran accesorias, sino centrales en la identidad cultural y espiritual de la época.

Nazaret 


Nazaret es una ciudad de Israel con historia bíblica. En la ciudad antigua, está la Basílica de la Anunciación que tiene una cúpula y es donde se cree que el ángel Gabriel le dijo a María que tendría un hijo. Se cree que la Iglesia de San José se encuentra en el lugar en que estaba el taller de carpintería de José. También se dice que la Iglesia Sinagoga subterránea es donde Jesús estudió y rezó.

Raíces religiosas y culturales

Las fuentes coinciden en que Jesús enseñaba en sinagogas y era reconocido como maestro o rabino. Sus discursos se apoyaban en la Ley y en los Profetas, y sus enseñanzas dialogaban con las corrientes judías contemporáneas. Lejos de rechazar el judaísmo, Jesús lo interpretó y lo vivió desde dentro, en continuidad con una tradición milenaria.

Asimismo, los relatos evangélicos muestran que Jesús observaba las principales festividades judías, como la Pascua, y que su mensaje se dirigía inicialmente al pueblo de Israel. La Última Cena, por ejemplo, se enmarca claramente en la celebración del Pésaj, uno de los rituales centrales del calendario judío.

Un punto de partida, no una ruptura

El cristianismo primitivo surgió como un movimiento interno del judaísmo, integrado mayoritariamente por judíos que veían en Jesús al Mesías prometido. Solo con el paso del tiempo y la expansión hacia comunidades no judías se produjo una separación más definida entre judaísmo y cristianismo.

Reconocer la identidad judía de Jesús no debilita la fe cristiana, sino que la enriquece al situarla en su contexto histórico real. Comprender a Jesús como judío permite tender puentes entre tradiciones religiosas, desmontar prejuicios y reafirmar una verdad histórica que forma parte del origen mismo del cristianismo.