28/12/2025 - Edición Nº1055

Política

Poder territorial

Peronismo bonaerense: cómo el desdoblamiento de Kicillof cambió la carrera 2027

28/12/2025 | Sin un candidato natural para 2027, los jefes comunales aparecen como protagonistas de la sucesión de Axel Kicillof.



Axel Kicillof les dio a los intendentes bonaerenses una oportunidad inédita: medir con precisión cuánto pesa su tracción de votos. El debate es viejo y recurrente -si el poder electoral se construye de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo-, pero el desdoblamiento dispuesto por el gobernador permitió poner esa discusión a prueba con números concretos. El resultado fortaleció a los jefes territoriales del peronismo y abrió una nueva incógnita rumbo a 2027.

La elección provincial del 7 de septiembre fue el punto de inflexión. Con campañas localizadas y fuerte protagonismo municipal, los intendentes peronistas ganaron por amplios márgenes en la mayoría de los distritos del conurbano y el interior bonaerense. El contraste llegó el 26 de octubre, cuando en la elección nacional el peronismo perdió por escaso margen y sin el respaldo explícito de los jefes comunales, que quedaron fuera de la lista por decisión de Cristina Fernández de Kirchner.

Ese doble resultado reactivó una pregunta que hasta hace poco parecía tabú: ¿puede ser 2027 el año en que un intendente o intendenta llegue por primera vez a la gobernación bonaerense? La fortaleza mostrada en la elección desdoblada y la ausencia de una figura “natural” para suceder a Kicillof alimentan esa hipótesis.

El regalo político del desdoblamiento

La decisión de separar las elecciones provinciales de las nacionales fue uno de los mayores puntos de quiebre entre Kicillof y CFK. El gobernador avanzó con el respaldo de más de cuarenta intendentes alineados en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), que buscaban despegarse de la discusión nacional y exhibir su capacidad de movilización territorial. La estrategia funcionó: el peronismo arrasó en los municipios y superó con holgura a La Libertad Avanza en la provincia.

Desde el kirchnerismo duro, sin embargo, la lectura es opuesta. Sostienen que el desdoblamiento debilitó la elección nacional y profundizó la fragmentación del proyecto político. Días atrás, Máximo Kirchner volvió a marcar esa diferencia al señalar que quienes aspiren a conducir el PJ bonaerense deben explicar “qué proyecto de país quieren”, remarcando la imposibilidad de pensar una provincia desligada del plano nacional.

Demostración de fuerza

Los números del 7 de septiembre respaldan el optimismo de los intendentes. En La Matanza, Fuerza Patria se impuso con el 52% frente al 28% de LLA; en Florencio Varela, el resultado fue 55% a 23%; en Moreno, 54% a 29%; y en Malvinas Argentinas, un contundente 68% a 22%. En todos los casos, los jefes comunales fueron el eje de la campaña, ya sea como candidatos testimoniales, postulantes a cargos provinciales o figuras centrales en la comunicación electoral.

El clima fue distinto en octubre. La lista nacional, sin intendentes ni representantes directos de los municipios, perdió por apenas unas centésimas. La ausencia de compromiso pleno de los territorios quedó en evidencia y alimentó las tensiones internas.

Un contexto que abre la puerta

Dirigentes del peronismo bonaerense coinciden en que el escenario actual es más favorable que en ciclos anteriores para un candidato surgido del territorio. El peronismo no gobierna a nivel nacional, no hay un heredero claro de Kicillof y ninguna figura por fuera de los municipios logró consolidarse como número puesto para 2027.

En ese vacío aparecen nombres con anclaje local: Mayra Mendoza (Quilmes) por La Cámpora, Mariel Fernández (Moreno) por el Movimiento Evita, Gabriel Katopodis (exintendente de San Martín) y Jorge Ferraresi (Avellaneda) desde el espacio cercano al gobernador, entre otros.

El límite del conocimiento público

El principal obstáculo para los intendentes sigue siendo la proyección provincial. Fuentes que dialogan a diario con jefes comunales advierten que el bajo nivel de conocimiento fuera de sus distritos es una barrera difícil de sortear. “Son caudillos territoriales, muy fuertes en su pago chico, pero con dificultades para construir consensos más amplios”, resume un dirigente del conurbano.

Otra fuente grafica el problema con crudeza: “En Ezeiza no saben quién es Ferraresi; en Pilar no conocen a Mariel Fernández; y en Moreno no identifican a Achával. Eso explica por qué antes se eligieron figuras con exposición nacional como Daniel Scioli, María Eugenia Vidal o el propio Kicillof”.

La diferencia, esta vez, es que esos nombres ya no están en carrera. Y en ese vacío, los intendentes creen que, finalmente, puede haber llegado su hora.