El director, dramaturgo y actor Manuel Santos Iñurrieta visitó El Living de NewsDigitales para compartir su mirada sobre la cultura, la educación y el momento que atraviesa el país con la periodista Marysol Falbo. Además, repasó su presente y su reciente asunción como director artístico del Centro Cultural de la Cooperación.
“El teatro está más vivo que nunca”, afirmó, y ubicó su reflexión en un contexto de crisis que, lejos de paralizar al arte, lo vuelve imprescindible. Según explicó:
“En los momentos de crisis éticas, morales, sociales y económicas, el teatro va a estar ahí siempre, presente, vivo, luchando”.
Sobre El invierno del Oso (Crónicas antifascistas de Stalingrado), explicó que la obra nace de una búsqueda sostenida en el tiempo: “Siempre estuvimos muy relacionados con el teatro vinculado a lo histórico, a lo social y a lo político”.
La decisión de abordar ese episodio histórico no fue casual. “Se estaban cumpliendo 80 años del triunfo sobre el nazismo (...) y advertimos que hay elementos en este presente de cierta oscuridad, donde está presente el odio”, explicó, y remarcó que esos paralelismos invitan a “mirar de cerca” la realidad actual.
La obra se sitúa en la batalla de Stalingrado, a la que definió como “una de las más dramáticas de la historia de la humanidad”. Sin embargo, aclaró que el foco no está puesto únicamente en la tragedia. “Nos metimos en esa oscuridad (...) con la vocación de buscar la luz que debe haber en todos los lugares”, señaló.

Esa búsqueda, remarcó,
“Son historias que parecen tener mucha oscuridad, pero también tienen esperanza y enseñanzas para pensar el hoy”.
Lejos de una mirada apocalíptica, el artista fue claro sobre su posicionamiento: “No somos distópicos. Somos artistas que creemos en la humanidad, en el amor y en los valores”, enfatizó, y rechazó la idea de un arte desconectado de la realidad social.
En ese sentido, defendió al teatro como espacio de resistencia: “En los momentos de crisis éticas, morales y económicas, el teatro siempre va a estar ahí, presente y luchando”, aseguró, y agregó: “El escenario sigue siendo un espacio de expresión, reflexión y encuentro”.
Desde mitad de año, Iñurrieta asumió la dirección artística del Centro Cultural de la Cooperación, uno de los espacios más emblemáticos de la cultura independiente argentina. “Es una responsabilidad gigante que asumimos con mucha felicidad”, afirmó sobre el desafío de continuar una tradición con fuerte identidad política y artística.

El proyecto, aclaró, se sostiene desde una lógica particular: “Todo lo pensamos de manera colectiva, porque creemos que así se produce, se piensa y se transforma de verdad”. También destacó la diversidad de lenguajes como uno de los ejes de la nueva etapa.
La educación ocupa un lugar central en su mirada sobre la cultura. “Ser culto para ser libre”, citó al pensador cubano José Martí, y afirmó:
“La formación es la llave para poder comprender, disfrutar y ser parte de los procesos culturales”.
En ese marco, valoró el trabajo de formación de públicos dentro del CCC y el legado de Jorge Dubatti: “Ponerle palabras a lo que hacemos es fundamental para comprenderlo y multiplicar sus sentidos”.
De cara al futuro, adelantó que el 2026 tendrá una programación amplia y diversa. “Se vienen propuestas teatrales hermosas, continuaciones de cartelera y artistas que nunca estuvieron en el Centro Cultural”, anticipó, con una agenda que incluirá teatro, danza, cine y literatura.
Además, confirmó que El invierno del Oso tendrá una última temporada y luego saldrá de gira, mientras continúa el trabajo del grupo El Bachín. “Venimos del teatro en grupo, de ensayar en plazas y sótanos. Esos espacios para probar y equivocarse son fundamentales”, concluyó.