El 27 de diciembre de 2001 quedó grabado en la memoria de los hinchas de Racing Club como el día en que la Academia volvió a gritar campeón después de 35 años de espera. El equipo dirigido por Reinaldo “Mostaza” Merlo levantó el Torneo Apertura, devolviendo la gloria a un club que había sufrido décadas de frustraciones.
El partido decisivo llegó en la última fecha frente a Vélez Sarsfield en el José Amalfitani. El empate 1-1 fue suficiente para que Racing se consagrara campeón. El gol de Gabriel Loeschbor y la resistencia del equipo en los minutos finales desataron la euforia de miles de hinchas que colmaron la tribuna visitante. Con ese resultado, la Academia alcanzó los 42 puntos, uno más que River Plate, su perseguidor inmediato.
La campaña de Racing estuvo marcada por partidos inolvidables. Para empezar, el clásico frente a Independiente en la segunda fecha fue un empate heroico con un frentazo del citado defensor, y tras el debut con victoria ante Argentinos Juniors, reforzó la confianza de los hinchas en que esta vez, el equipo jugaba a otra cosa y el título podía ser algo real.
La andanada de triunfos consecutivos le permitió mantener esa imagen. Un 1-0 frente a Central en Rosario y 2-0 a Talleres en Córdoba alertaban a los competidores: Racing no sólo ganaba de local, sino también de visitante y en canchas difíciles.
La campaña también incluyó victorias resonantes frente a equipos como San Lorenzo y Gimnasia, donde el 11 albiceleste mostró carácter y solidez. En el triunfo 4-1 ante los Cuervos, el equipo de Merlo exhibió su mejor versión ofensiva, y un rendimiento similar tuvo la goleada frente al conjunto platense, también por el mismo resultado.
30 de septiembre de 2001: Gol de Gerardo Bedoya a San Lorenzo, en la victoria de la Academia 4-1. pic.twitter.com/gksjjxHWzC
— Racing Club Retro (@RacingClubRetro) September 30, 2024
Sin embargo, uno de los encuentros más recordados fue el empate con sabor a triunfo ante el Millonario en el Cilindro, donde un gol de Gerardo Bedoya se gritó hasta en la Antártida y fue clave para mantener las chances del campeonato. Ese tanto, de zurda y con potencia, se convirtió en símbolo de la garra y la determinación del equipo. A tal punto que hoy la mayoría de los hinchas académicos lo recuerdan como el misil que cambió la historia.
Un "mimo" para los hinchas de Racing, en un nuevo 27 de diciembre con olor a Mostaza: el inolvidable bombazo de Bedoya que acercó a la Academia al título del 2001. Un estadio repleto, una multitud enloquecida... y un grito de gol ensordecedor.pic.twitter.com/2Mq3o6OXQm
— SportsCenter (@SC_ESPN) December 27, 2025
En la memoria también quedó guardada la remontada frente a Estudiantes de La Plata. La Academia perdía el partido 2-0, pero logró dar vuelta el resultado con una actuación épica en medio de la lluvia. Ese triunfo por 3-2 fue considerado por muchos como el verdadero punto de inflexión del campeonato, demostrando el carácter y la fe del plantel para recuperarse ante la adversidad.
El mensaje de Mostaza Merlo durante todo el torneo fue claro: “Paso a paso”. Esa frase se transformó en un mantra para jugadores e hinchas, reflejando la idea de que cada partido debía jugarse con humildad y concentración. Resistió el embate del periodismo y la propia presión de los 35 años sin salir campeón, pero cuando el título estuvo cerca, el propio Merlo aseguró que “se terminaba el paso a paso”, dando lugar a la ilusión.
El liderazgo de Mostaza fue fundamental. Su estilo pragmático, basado en el orden defensivo y la confianza en sus jugadores, permitió que Racing encontrara la estabilidad que había buscado durante años. La figura del técnico se convirtió en un ícono para la hinchada, que lo adoptó como símbolo de la resurrección futbolística.
En el plantel se destacaron nombres como Gustavo Campagnuolo, Claudio Úbeda, Gabriel Loeschbor, Gerardo Bedoya, Adrián Bastía, Diego Milito, José Chatruc, Gustavo Barros Schelotto y Maximiliano Estévez. Este último fue el máximo goleador del equipo con 7 tantos, mientras que la solidez defensiva se reflejó en apenas 17 goles en contra en todo el torneo.
La consagración fue celebrada en todo el país: una multitud lo hizo en Liniers, otra en Avellaneda, y miles realizaron caravanas que se extendieron por toda la Argentina hasta llenar el Obelisco porteño. Ese día, también, se dio un hecho inédito: por primera vez un equipo llenaba dos canchas, porque el estadio Presidente Perón había sido abierto para que los miles de hinchas que faltaban en el Amalfitani pudieran ver el partido en pantalla gigante.
¡ETERNAMENTE GRACIAS! 🏆💙
— Racingmaníacos (@RacingManiacos) December 27, 2025
El 27 de diciembre del 2001, #Racing se consagró campeón del Apertura luego de empatar 1️⃣-1️⃣ ante #Vélez en Liniers con gol de Gabriel Loeschbor ⚽
¡LA QUE LLENÓ DOS CANCHAS EL MISMO DÍA! 🎓🙌🏼 pic.twitter.com/sehAPqmx3A
El título no solo significó un logro deportivo, sino también un desahogo emocional para generaciones de fanáticos que nunca habían visto a su equipo campeón.
A más de dos décadas de aquel 27 de diciembre de 2001, la gesta de Racing sigue siendo una de las páginas más gloriosas de su historia y del fútbol argentino. El recuerdo del “paso a paso”, los goles decisivos y la emoción de volver a dar la vuelta olímpica continúan vivos en la memoria albiceleste.