El Aeroparque Jorge Newbery recuperó la operatividad tras una tarde de complicaciones que dejó a miles de pasajeros afectados. Debido a tareas de mantenimiento de emergencia en la zona de la pista, la terminal aérea debió suspender despegues y aterrizajes entre las 14 y las 17 horas, provocando más de 50 vuelos demorados y 12 desvíos hacia el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

Según informaron fuentes de Aeropuertos Argentina, el problema se originó por grietas y desprendimientos de asfalto en un sector lindante a la cabecera sur (pista 31). El deterioro del material fue consecuencia directa del intenso calor de las últimas jornadas y las fuertes tormentas que azotaron la Ciudad de Buenos Aires días atrás.
Si bien las fallas no se encontraban sobre la pista principal, el protocolo de seguridad aérea obligó al cierre preventivo. El riesgo radicaba en la posible "ingesta" de escombros por parte de las turbinas de los aviones, algo que ocurre cuando los motores aplican máxima potencia en la zona de rodaje y succionan materiales sueltos, lo que podría causar daños catastróficos.

Aunque la pista fue habilitada pasadas las 17, el cronograma de vuelos sufrió el denominado "efecto dominó". Las demoras se extendieron durante el resto de la jornada debido a la acumulación de servicios pendientes y a la logística necesaria para retornar las aeronaves que habían sido desviadas a Ezeiza.
Desde la operadora aeroportuaria, en tanto, adelantaron que los trabajos realizados hoy fueron paliativos. Actualmente, se coordina con la autoridad aeronáutica un nuevo cronograma para efectuar las tareas de consolidación definitiva.

"Se está viendo el momento en que se pueda llevar adelante esta tarea con la menor afectación de los vuelos, posiblemente en horas de la madrugada", explicaron las fuentes. No obstante, advirtieron que esta intervención técnica requerirá interrumpir nuevamente las operaciones y obligará a futuras reprogramaciones.