Tras cerrar su ciclo como diputada nacional este diciembre de 2025, María Eugenia Vidal sorprendió al arco político con un balance de fin de año que marca un quiebre en su carrera. En una decisión que describió como "pensada, coherente y elegida", la exgobernadora anunció su regreso definitivo al sector privado, buscando una reinvención personal y profesional lejos de los cargos públicos tradicionales.
A sus 52 años, Vidal reveló los desafíos de este cambio: desde enfrentar entrevistas laborales hasta derribar prejuicios sobre la edad y la trayectoria en el mercado actual. Sin embargo, aclaró que este paso no significa un retiro de la política, sino una transformación de su vocación pública a través de nuevos espacios de influencia.

A pesar de su alejamiento del Congreso, Vidal ratificó su pertenencia al PRO, el espacio que considera capaz de construir una alternativa seria para la Argentina. En su análisis, defendió su decisión de no formar parte del acuerdo electoral con La Libertad Avanza (LLA) en la Ciudad de Buenos Aires, argumentando que no es necesario "pintarse de violeta" para respaldar los cambios positivos del Presidente.
La ex mandataria enfatizó que el país solo será viable si existen al menos dos fuerzas competitivas que defiendan el equilibrio fiscal y el respeto a las leyes, evitando que cada elección se convierta en un escenario dramático para las inversiones y el empleo.
El pasaje más revelador de su mensaje apunta a una visión estratégica que podría reconfigurar el escenario electoral de 2027. Para Vidal, la clave de la estabilidad nacional reside en una competencia final donde el populismo ya no sea el protagonista.
"Cuando dos opciones modernas, en sintonía con el resto de los países del mundo, lleguen a una segunda vuelta presidencial, es cuando vamos a ser un país serio de una vez por todas", sentenció la dirigente, dejando abierta la puerta a un balotaje histórico entre el PRO y LLA.
Vidal continuará aportando al cambio desde la presidencia de la Fundación Pensar, donde apuesta a la renovación de cuadros técnicos y a la construcción de una "voz sensata" que posicione al PRO como el adulto en la sala. Además, mantendrá su compromiso social a través de la ONG Hacemos Argentina, coordinando a más de 250 voluntarios en barrios vulnerables.
Este balance cierra un ciclo de aprendizaje y coherencia, donde Vidal busca demostrar que se puede participar en la vida pública sin cambiar de camiseta, mientras construye el camino hacia esa Argentina moderna que, según su visión, llegará cuando el debate final sea entre dos fuerzas de progreso.