A 21 años de la tragedia ocurrida en República Cromañón, La Matanza fue escenario de una jornada histórica de memoria, cultura y compromiso social. Más de seis mil personas participaron del festival “La Memoria No Se Mancha”, realizado en la Plaza de Tapiales, en el marco de un nuevo aniversario de la masacre que marcó a fuego a una generación y a la historia reciente argentina.
La actividad fue organizada por sobrevivientes, familiares de víctimas y jóvenes que desde hace años sostienen un reclamo persistente de memoria, verdad y justicia, y que encuentran en la música y en el espacio público una forma de construir recuerdo colectivo sin resignar alegría, encuentro y militancia cultural.
Desde las 16 horas y hasta pasada la medianoche del domingo, el festival desplegó una extensa grilla artística en un clima de profundo respeto y acompañamiento. Por el escenario pasaron Síndrome de Peter, Aves de Paso, Escalopez, Rocío Sirri, 1 Segundo, Qenqo, La 328, Ciegos, Episteme, y el cierre estuvo a cargo de Sueño de Pescado.
Las bandas participaron de manera solidaria, entendiendo que el homenaje no es solo un recuerdo del pasado, sino una advertencia permanente sobre las responsabilidades del Estado, los controles, la seguridad en los espacios culturales y el valor de la vida joven.
La jornada incluyó también una fuerte dimensión pedagógica y comunitaria. Hubo stands informativos y espacios de participación, entre ellos Minit Ignífugos, que realizó la ignifugación de banderas y entregó certificados de seguridad; un puesto de RCP del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires; la Escuela Especial N° 506 y la Asociación Civil Matanza Tierra Santa.
Estas intervenciones reforzaron uno de los ejes centrales del encuentro: recordar Cromañón también es trabajar para que no vuelva a suceder, promoviendo la prevención, la capacitación y la responsabilidad colectiva.

El festival tiene un arraigo profundo en el distrito. En 2024, al cumplirse 20 años de la tragedia, el jefe de bloque de Fuerza Patria en la Cámara de Diputados bonaerense, Facundo Tignanelli, declaró de interés legislativo la iniciativa, reconociendo el trabajo sostenido de los organizadores.
Además, militantes del Ateneo Néstor Kirchner y distintas organizaciones acompañan desde hace años la construcción de este espacio, que convirtió a Tapiales en un punto de referencia para la memoria de Cromañón fuera del centro porteño.
Durante la jornada, una de las organizadoras, Celeste Oyola, destacó el valor simbólico del lugar y del encuentro: “Es muy importante que esto sea acá en La Matanza. Es una obligación para con la historia. Hace 12 años pusimos el primer escenario acá. Las primeras marchas nos juntamos acá. No es poca cosa que vengan los padres de los pibes que ya no están a abrazarnos”.
Y agregó: “Nadie nunca nos va a decir cómo tenemos que hacer memoria de la noche más dolorosa de nuestra vida. Lo vamos a hacer con todo el corazón, siempre de la manera que creamos que sea lo más justa”.

Por su parte, Nicolás Pappolla, otro de los organizadores, remarcó la dimensión histórica del hecho: “Este encuentro es importante para que Cromañón no quede en el olvido. Para que a nadie más le tenga que pasar lo que nos pasó a nosotros. Fue uno de los puntos de inflexión más importantes de la historia reciente argentina”.
El festival fue transmitido en vivo por el canal de streaming Conurbano / El Canal Se Llama M, que realizó entrevistas a las bandas participantes, a los periodistas Pablo Carrozza y Bruno Larocca, al investigador del CONICET Gregorio Bigatti y al propio Tignanelli, quien volvió a destacar el carácter colectivo del homenaje.
“El esfuerzo que se está haciendo acá, con familias, pibes y pibas que ponen tiempo, ganas y mística, con bandas que vienen de corazón, demuestra que la organización termina venciendo”, sostuvo el diputado.
La tragedia de Cromañón ocurrió el 30 de diciembre de 2004, cuando un incendio desatado durante un recital de Callejeros dejó 194 personas muertas y más de 1.400 heridas, en uno de los episodios más graves de la historia argentina reciente. El fuego se propagó rápidamente por el uso de pirotecnia en un local habilitado de manera irregular, con salidas de emergencia cerradas, materiales inflamables en el techo y serias fallas en los controles estatales.
La masacre expuso una cadena de responsabilidades empresariales, políticas y administrativas, y generó un antes y un después en materia de seguridad, habilitaciones y organización de espectáculos públicos. También dio origen a un movimiento social encabezado por sobrevivientes y familiares, que transformó el dolor en lucha colectiva y convirtió la memoria en una herramienta activa de denuncia y prevención.
La actividad fue impulsada por la organización El Camino es Cultural, integrada por sobrevivientes, familiares y amigos de las víctimas de Cromañón, que desde hace años desarrolla un trabajo permanente de memoria y concientización.
A 21 años de la masacre, el festival volvió a dejar un mensaje claro: recordar Cromañón no es quedarse en el pasado, sino construir presente y futuro con conciencia, organización y compromiso social, para que una tragedia así no vuelva a repetirse nunca más.