Exactamente a las 4:11 de la mañana del 30 de diciembre de 2020, el Senado sancionó la Interrupción Voluntaria del Embarazo tras años de debate social.
La ley, identificada como la 27.610, llegó al recinto tras un proceso de dos años que incluyó cientos de exposiciones técnicas y una movilización callejera masiva.
Su aprobación marcó un antes y un después en la agenda de derechos de la región, posicionando a la Argentina como el primer país grande de Latinoamérica en legalizarlo.
🔴Esto decía en el año 2018, durante el debate por el aborto legal, el médico Abel Albino: "El profiláctico no la protege de nada. ¡El virus del sida atraviesa la porcelana!" https://t.co/8f5U9VXnWb pic.twitter.com/uxoZKzPjTM
— El Destape (@eldestapeweb) February 5, 2024
Uno de los momentos más recordados ocurrió en 2018, durante las audiencias previas, cuando el médico pediatra Abel Albino cuestionó la efectividad del preservativo.
Albino afirmó ante los senadores que el virus del HIV podía "atravesar la porcelana", sugiriendo que el profiláctico no era un método de prevención seguro.
La frase fue desmentida de inmediato por la comunidad científica internacional, aclarando que el látex no es una superficie porosa ni comparable con la cerámica.
Este traspié científico se convirtió en un símbolo de la falta de argumentos técnicos que, según los promotores de la ley, caracterizó al sector que rechazaba la norma.

El proceso parlamentario dejó una curiosidad numérica que los analistas políticos llaman "la revancha del Senado" por la exactitud de sus registros.
En agosto de 2018, la Cámara alta había rechazado el proyecto original con exactamente 38 votos en contra frente a 31 a favor.
Sin embargo, el 30 de diciembre de 2020, la historia se invirtió: la ley fue sancionada con 38 votos a favor y 29 en contra.
La "mística del 38" refleja cómo el recambio legislativo y el cambio de postura de algunos senadores clave permitieron dar vuelta el resultado de dos años atrás.
La sanción no fue un hecho aislado; se votó en conjunto con la llamada Ley de los Mil Días, destinada a fortalecer el cuidado integral de la salud durante el embarazo.
Este esquema buscó reducir la resistencia de los sectores indecisos, garantizando apoyo estatal tanto para quienes decidían interrumpir como para quienes elegían maternar.
A cinco años de aquel hito, la Argentina registra una caída sostenida en la mortalidad materna por abortos clandestinos, validando el enfoque de salud pública de la norma.
La Ley del Aborto demostró que en Argentina los grandes cambios sociales requieren un tratamiento parlamentario. El paso del error de la porcelana a la sanción definitiva es una muestra del largo camino que atravesó la ley en el Congreso.
TM