La estudiante de la UBA fue hallada muerta el 13 de abril de 2021 en su departamento de Villa Ortúzar. Su pareja, que horas antes le dio una brutal paliza, es juzgado por abandono de persona seguida de muerte y lesiones.
Este jueves 14 de noviembre es la fecha que hace años esperan los padres de Micaela Rascovsky, la estudiante de medicina de la UBA que fue hallada muerta en su departamento del barrio porteño de Villa Ortúzar, el 13 de abril de 2021. Ya pasaron casi tres años y medio del caso, y recién hoy el único acusado enfrentará a la Justicia.
El abogado Guido Pascuccio y ex pareja de Micaela comenzó a ser juzgado esta mañana por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 10 de la Ciudad de Buenos Aires. Está acusado por los delitos de “abandono de persona seguido de muerte y lesiones doblemente agravadas”, pero la parte querellante buscará que cambien la calificación por el delito de femicidio.
Micaela era víctima de violencia de género. Su familia estaba al tanto porque un día antes de morir le envió a su mamá unas fotos de su cuerpo con los moretones que tenía producto de una nueva golpiza. También fotografió un plato de cocaína que estaba en el living, como prueba de la adicción de su pareja.
“La foto que te pasé de la marca y los moretones las voy a guardar porque pase lo que pase yo necesito que alguien sepa y tener pruebas. Dos amigas más saben”, le contó ese día a Patricia Ortiz su mamá, en un mensaje de WhatsApp.
La joven estudiante de medicina también le habló de la paliza que había recibido y de la breve charla que mantuvo con su suegro. “Yo no le puedo decir que su hijo me caga a palos, que hable con la psiquiatra.
El informe de autopsia confirmó que Micaela presentaba siete lesiones y aportó un dato aterrador: en sus muñecas hallaron signos de que había estado atada. “La elevación a juicio marca que el acusado intentó ahorcar a Micaela dos veces en diferentes momentos: uno en la noche del hecho, porque Mica estuvo maniatada de manos y antebrazos”, contó la mamá de Micaela, en una entrevista con el diario Perfil.
El acusado no solo negó las acusaciones en su contra sino que seis días después de la muerte de su novia aportó a los investigadores una carta supuestamente escrita por Micaela, en la que curiosamente hablaba bien de él y daba entender que había decidido quitarse la vida, una hipótesis descartada rápidamente.
Patricia encabezó una lucha descomunal desde que su vida se desmoronó. Cuando Pascuccio recuperó su libertad no se quedó de brazos cruzados y al otro día se paró en la puerta de su edificio con un megáfono en la mano: “Te cuento que no voy a parar aunque me muera en el camino de lucha. No voy a parar para que pagues por lo que hiciste, por lo que le hiciste a mi hija. Te lo juro por ella que me vas a pagar cada lágrima que derramo cada mañana que me levanto”, le dijo desde la vereda de enfrente a su departamento del barrio porteño de Villa del Parque.