A la protesta de la policía bonaerense y la muerte de Facundo Castro, ahora se suman los gremios estatales: Axel Kicillof se encuentra en una situación en la cual Sergio Berni es el problema principal.

Una protesta inédita se vive desde el lunes a la tarde por parte de la policía de la provincia de Buenos Aires. La última protesta de este estilo se registró en el año 2013, pero no había tomado la temperatura que se está registrando en varios municipios de la provincia, y que llegó a las puertas de la residencia del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en la ciudad de La Plata.

La policía de la provincia de Buenos Aires, conocida durante el gobierno de Eduardo Duhalde como la “maldita policía”, es una fuerza que cuenta con casi 90 mil hombres y mujeres en el territorio más grande del país. Históricamente, siempre fue la peor paga y la que recibió escaso entrenamiento y equipamiento policial para funcionar adecuadamente.

En el gobierno nacional están seguros de que el problema principal es el ministro de Seguridad, Sergio Berni, ya que este no vio el malestar que se estaba generando en la fuerza. De esta manera, las protestas y los reclamos fueron imposible de detener, teniendo en cuenta que la inseguridad se agravó con la pandemia de coronavirus: tanto el delito como las tomas de tierras han aumentado en todo el territorio provincial.

El problema central no es solamente es la protesta de la bonaerense, a través de la cual la fuerza reclama la sindicalización de la misma. El referente del SIPOBA (Sindicato de la Policía Bonaerense), Nicolás Masi, dijo hoy que “si los números no cierran, esto puede terminar mal, puede haber un paro”. Con estas declaraciones, dejó en claro que la policía puede llegar a acuartelarse y dejar sin servicio de protección a toda la ciudadanía.

El último acuartelamiento de la policía bonaerense fue en el año 2001, cuando frente a la crisis económica que se había desatado en el país se produjeron saqueos a supermercados en varios municipios de la provincia, situación que culminó con la caída del gobierno de Fernando De La Rúa.

Pero además, la Bonaerense se encuentra desde hace varias semanas en el ojo de la tormenta por la muerte de Facundo Astudillo Castro, el joven que hoy tendría 23 años y desapareció el 30 de abril pasado, hallado sin vida luego de haber sido visto por última vez siendo detenido por un patrullero de la Bonaerense en la localidad de Teniente Buratovich.

Sergio Berni, el responsable de la seguridad de Axel Kicillof, defendió y defiende aun el accionar de la policía en el caso de Castro y pasa sus días recorriendo distintos canales de televisión asegurando que los abogados de Cristina Castro, la madre de Facundo, le mienten a la sociedad y no quieren llegar a la verdad.

Metido hasta la médula en su traje de candidato para la conducción del Partido Justicialista para el 2021, y con un discurso en defensa de los derechos a la “vida y la propiedad”, Berni no parece poder conducir a la fuerza de seguridad más grande del país, ni estuvo a la altura de darse cuenta del malestar de la misma.

A este enorme conflicto, ahora se suma al gobierno provincial el hecho de que los gremios que nuclean a todos los trabajadores estatales de la provincia, frente al anuncio del aumento salarial al personal policial, mostraron malestar y ahora reclaman que se abran las paritarias. El secretario general de ATE Provincia de Buenos Aires, Oscar de Isasi, sostuvo que “a diferencia de lo que se venía planteando desde el gobierno, parece ser que plata hay. Todos los estatales necesitan una recomposición salarial”, explicó.

Nadie sabe como terminará esto. El clima social y político está que arde, y dejó a Axel Kicillof en un laberinto en el cual Sergio Berni produjo más problemas que soluciones por su cuestionable accionar.