Crece la idea de que sea candidato a legislador porteño el año que viene, para desde allí volver a gobernar la Ciudad, y quedarse con un número mágico superior al 50% de los votos. ¿Es posible?
Macri cree que Cristina lo tironea tanto a Alberto que lo va a llevar al cadalso económico e institucional, y posiblemente electoral. Es una lectura que comparte el riñón más duro de Juntos por el Cambio, donde sobresale la figura de la inflexible Patricia Bullrich. Son varios los legisladores, acaso con Cristian Ritondo a la cabeza, que comparten análoga visión. Obvio, Alfredo Cornejo también
Las esporádicas apariciones públicas del ex Presidente, hoy en controvertido ¿descanso? en Zurich, no son espasmos, sino una estrategia. “El silencio es su negocio”, dicen quienes más lo conocen.
Alrededor de Macri creen que los expedientes del supuesto espionaje durante su Gobierno son uno de los tantos ardids de Cristina para acorralarlo judicialmente. Dicho en otras palabras, la posible venganza. Pero también están convencidos, que todo naufragará en los laberínticos y réconditos pasillos del Poder Judicial. De hecho, la causa núcleo, hoy ni siquiera tiene juez. “Cristina usó a Cristina para hacer fórum shopping con Villena. Pero la jugada fue tan evidente, que les salió mal”, leyó un operador judicial de Cambiemos.
La otra Cristina que nombra es Caamaño, interventora de la AFI, y Villena, es el juez federal, presumiblemente cercano al kirchnerismo, que fue apartado del expediente central. Se sabe: la mayoría de los posibles delitos se sustanciaron en la Ciudad de Buenos Aires, pero llamativamente todo lo tomó un juez de Lomas de Zamora. En otro país, sería exótico. En Argentina, algo bastante usual.
De hecho, hay una lógica de denunciar una estructura paralela de espionaje y/o mesa judicial en la Provincia, como sucedió a nivel nacional, con el Procurador Julio Conte Grand a la cabeza, y el fiscal lomense Fabián Scalera como uno de sus adláteres. Posiblemente, también naufrague.
Pero en la Provincia, Juntos por el Cambio está lejos de festejar. Algunos creen que la ofensiva 2021 de un sector del kirchnerismo será correr de su cargo vitalicio al jefe de los fiscales y defensores oficiales, el mismísimo Conte Grand. Para ello, precisará de una mayoría importante en ambas cámaras, que hoy no tiene (en el Senado es minoría). Pero la distribución del poder puede mudar luego de las legislativas. Cambiemos es la fuerza que más bancas en juego pondrá, en las ocho secciones electorales bonaerenses. El dato, aunque hoy parezca de ciencia ficción, no es menor.
Quienes van a la yugular de Conte Grand son, además de algunos duros del kirchnerismo, El Pata Medina (Uocra La Plata), los Moyano, y parte de la banda mixta que terminó tras las rejas con el ex juez provincial César Melazo, presumiblemente como líder; entre otros. Pueden tener razón, obvio, pero no hay monaguillos en la lista de acusadores.
En esa espesura provincial, hay quienes creen que Mauricio Macri podría ser el candidato ideal para traccionar votos desde arriba, y empujar a mantener a raya la Legislatura bonaerense. Pero sus planes, parecen, son otros.
En los últimos días, comenzó a crecer la idea de que se presente como candidato a legislador porteño, y desde allí quedar como el sucesor natural para gobernar la Ciudad a partir de 2023, cuando fenezca el mandato de Rodríguez Larreta (no tiene reelección).
Parece exótico, pero -se sabe- la política es el arte de lo imposible. Quienes azuzan esta idea abonan la lógica de Macri “arrasará” en el electorado porteño con más del 50% de los votos; que obtendrá las portadas de los diarios y los zócalos de los principales programas de noticias. “Sería el candidato más votado (en porcentaje) de las próximas elecciones”, se entusiasmó la misma fuente. ¿Delira?
Algunos recuerdan que Jorge Capitanich, desgastado por el dengue y la falta de gestión en su provincia, retrocedió para ser candidato a intendente de Resistencia (2015); y desde allí se catapultó nuevamente a la gobernación. Hoy maneja El Chaco. Quizás Macri pruebe con esa pócima.