
Al cumplirse 30 años del primer atentado terrorista internacional efectuado en Argentina, la Corte Suprema pudo comprobar cómo ocurrió el ataque a la Embajada de Israel y quiénes fueron los autores materiales, pero hasta el momento no hay detenidos ni juzgados. Los familiares de las víctimas siguen reclamando verdad y justicia.
El ataque se produjo el 17 de marzo de 1992 y desde un principio la investigación le correspondió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que tiene la competencia originaria en temas diplomáticos según la Constitución.
El caso estuvo a cargo del por entonces presidente del Máximo Tribunal, Ricardo Levene (h), quien recién cinco años más tarde delegó la causa en el secretario penal de la Corte, Esteban Canevari.
En 1999, Canevari hizo algo fundamental: les puso nombre y apellido a las víctimas fatales y así estableció que los muertos fueron 22 y no 29, como se había difundido hasta ese momento. Y sobre el final de aquel año, el 23 de diciembre, los jueces de la Corte afirmaron que el ataque cometido contra la Embajada de Israel fue organizado y llevado a cabo por el grupo terrorista Jihad Islámica, brazo armado del Hezbollah, y perpetrado con una camioneta llena de explosivos.
La propia Jihad Islámica se adjudicó el atentado y la Corte ordenó la captura internacional de Imad Mughniyah, responsable de dicha organización y encargado de la seguridad central y exterior del Hezbollah.
Sin embargo, el pedido de detención se levantó al comprobarse que había sido asesinado en septiembre de 2008 en Damasco, Siria.