El Presidente y el Ministro tienen diferencias desde antes de la muerte de Nisman. Alberto lo cruzó, cuando el manual de la política indica que jamás un mandatario puede rebajarse a hablar de un funcionario provincial. Qué hay detrás

Alberto Fernández y Sergio Berni jamás se llevaron bien. Por lo bajo, el ministro de Seguridad fue muy crítico con el armado del gabinete nacional. Y jamás le gustó la postura que había tomado el ahora Presidente días después de la muerte del fiscal Alberto Nisman. 

Berni siempre fue un defensor a ultranza de Cristina, y éste entendió que Alberto no siguió los mismos pasos. En términos políticos, hay una grieta entre ellos, quizás más amplia que la quedó expuesta con la actual titular de la cartera de Seguridad, la antropóloga Sabina Frederic. 

Berni no respeta como un par a su par de Nación. Cree que no sabe. Y lo dijo públicamente. Razones le sobran: no tiene experiencia en el cargo, se rodeó de científicos más vinculados con el laboratorio que con la calle y expresó un extraño rechazo a la Policía como institución.

La bronca entre Alberto y Berni era tan silenciosa, como grande. Tanto es así, que el Presidente salió a cruzarlo inesperadamente, cuando cualquier manual de la política indica que un mandatario jamás puede “rebajarse” a hablar de un ministro provincial.  

Aunque la bancó en público, Frederic es una pieza incómoda para Alberto. Lo sorprendió cuando pateó el hormiguero al instalar el tema del nuevo peritaje de Gendarmería Nacional sobre el asesinato de Nisman. Al menos hasta ahora, la Justicia entiende que lo mataron (causa Ercolini-Taiano). 

En La Rosada pidieron bajar el tono del chisporroteo entre Berni y Alberto, porque el tema escaló hasta la máxima autoridad de la Nación, luego de hacer varias escalas en Frederic. 

“Si comparás lo que hizo Bullrich, y lo que está haciendo Berni ahora, son prácticamente lo mismo”, se quejó un funcionario de segunda línea del Gobierno, con experiencia en el rubro. 

Este conflicto dejó en evidencia otra cuestión. Berni se mueve con absoluta autonomía, tanto administrativa como política. Ningún otro ministro de Axel Kicillof se hubiese animado a tanto. Al Gobernador tampoco le cayó bien este “conflicto innecesario”, como leyó un hombre de su gabinete. 

Se sabe: Alberto le dijo a Berni “sería bueno que se ocupe de la provincia. Tiene muchos problemas por resolver”, luego de las críticas de éste a Frederic por, entre otros temas, el uso de las pistolas Taser. El funcionario no se quedó callado: “Nadie es dueño de la verdad”, tiró.

Este es el primer conflicto grave entre Provincia y Nación por un tema inesperado. Pero en el Gabinete de Alberto observan, nuevamente, que el disparador tiene como protagonista a la antropóloga que maneja la Seguridad del país.