La justicia de Estados Unidos quiere juzgar a Assange por la difusión en WikiLeaks de más de 700.000 documentos clasificados sobre actividades diplomáticas y militares.

En un giro inesperado en la causa, la justicia británica emitió este miércoles la orden formal que autoriza la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos para ser juzgado por espionaje por la publicación de cientos de miles de documentos secretos a partir de 2010.

El primer paso será enviar la orden de extradición a la ministra del Interior, Priti Patel, que tiene la última palabra en esta materia, y a la que la defensa de Assange para que pueda presentar sus alegatos correspondientes. En este sentido, la información sostiene que el los abogados del creador de Wikileaks tendrán tiempo de presentar estos documentos hasta el próximo 18 de mayo.

La justicia de Estados Unidos quiere juzgar al australiano, 50 años, por la difusión en WikiLeaks a partir de 2010 de más de 700.000 documentos clasificados sobre actividades diplomáticas y militares estadounidenses, que en particular revelaron atrocidades en las guerras de Irak y Afganistán.

La justicia británica autorizó la extradición de Julian Assange a Estados Unidos

Si es declarado culpable, Assange podría ser condenado a un máximo de 175 años de cárcel, en un caso que las organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian como un ataque a la libertad de prensa.

Para el gobierno estadounidense el australiano no es periodista sino pirata informático y puso en peligro la vida de numerosos informantes al publicar documentos completos sin editar. El pasado 14 de marzo la Corte Suprema británica desestimó un recurso de Assange para apelar contra su extradición.

Quien ese Julian Assange

Assange se ha convertido en caballo de batalla para los defensores de la libertad de prensa, que acusan a Washington de intentar acallar información de seguridad relevante. Pero las autoridades estadounidenses afirman que no es periodista sino pirata informático y puso en peligro la vida de informantes al publicar los documentos íntegros sin editar.

“Le honramos por su valor e integridad, pero la batalla por la libertad de Julian siempre ha sido mucho más que la persecución de un editor”, aseguró entre los manifestantes el periodista estadounidense Chris Hedges, ganador de un Pulitzer.

“Es la batalla más importante de nuestra época por la libertad de prensa y si la perdemos será devastadora no sólo para Julian y su familia sino para nosotros”, añadió.

Su defensa, coordinada por el exjuez español Baltasar Garzón, argumentó que podría cometer suicidio si se viera expuesto al sistema penitenciario estadounidense. Y en un primer momento previó que la justicia británica le diera la razón, impidiendo la extradición.

Pero el ejecutivo estadounidense recurrió y convenció a los jueces de que sería recluido en buenas condiciones, con tratamiento psicológico adecuado, y obtuvo el visto bueno a su entrega.