Por 6 votos contra 5, el Máximo Tribunal de Brasil convalidó la constitucionalidad de una ley que impide la ejecución de la pena hasta tanto no exista una condena firme.

Ayer fue aprobado un recurso para que los presos condenados en segunda instancia puedan esperar en libertad la confirmación de su condena. Con esta decisión, el ex presidente brasileño Lula da Silva, que se encuentra privado de su libertad desde el 7 de abril de 2018 por estar acusado de corrupción, podría ser liberado ya que su caso está pendiente de recursos.

El presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Antonio Dias Tóffoli, desempató por 6 a 5 votos a favor de la norma que beneficia a Lula y a otros 5 mil condenados aproximadamente. Ahora, una persona sólo podría ir presa después de agotar todas las instancias posibles de apelación. La defensa del ex presidente solicitaría a la justicia su libertad inmediata a partir de esta resolución. Sin embargo, si el fiscal lo solicita, la jueza Carolina Lebbos puede ordenar su prisión preventiva en caso de considerar que exista un riesgo de fuga del acusado.