El presidente le tomó la palabra de llamarlo cada vez que lo considere necesario y el lunes, cuando el nuevo ministro de Hacienda Hernán Lacunza se retiró de la quinta Los abrojos, ejerció su “derecho” nuevamente.

Por segunda vez desde la abrumadora derrota en la PASO del domingo 11 de agosto, Mauricio Macri llamó a Alberto Fernández el lunes feriado, antes de la apertura de los mercados del martes y preocupado por lo que estaba pasando en New York.

Le propuso al candidato del Frente de Todos que enviara a una persona de su equipo económico a diseñar estrategias con Lacunza para contener la crisis económica, pero Fernández le dijo que no porque los medios iban a considerar a su enviado como el futuro ministro de Economía de la Argentina.

De todos modos, el candidato del FdT aclaró en distintas entrevistas que su intención es colaborar, pero que “no me votaron para cogobernar y yo no tomo decisiones en nombre de Macri porque soy su alternativa” y aseguró que “el daño que ya se hizo no creo que se pueda reparar en dos meses” -como muestra de buena voluntad y respeto a la investidura, Fernández dejó en manos del equipo del actual presidente la difusión de la segunda charla telefónica

Por último, el candidato repitió que no quisiera estar en los zapatos de Macri, que no se lo desea a nadie, pero reiteró que va a colaborar con el nuevo ministro de Hacienda “porque si Lacunza se equivoca, sufrimos todos los argentinos“. Además le propuso convocar a todas las fuerzas políticas a aportar a distintas personas de sus equipos económicos para intentar que la economía no se desmadre.

“Si soy electo presidente nada será fácil, pero la política que llevemos adelante va a ser para integrar a la Argentina no para expulsar, sino para priorizar a los argentinos”. Finalizo.